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Gregory Bateson

Recientemente ha fallecido en Estados Unidos Gregory Bateson, a los 76 años de edad. Bateson pertenece a este tipo de hombres cuya influencia es mayor que su renombre, entendiendo por éste su proyección por fuera del ámbito estricto de su disciplina. Sin embargo, no se comprende la profunda innovación que está acaeciendo en el campo de la psiquiatría actual sin la incidencia de los trabajos e investigaciones de Bateson. La importantísima obra de WatzlawIck, Beavin y Jackson Pragmatics of Human Communication está dedicada a él, como « mentor y amigo». Todo el grupo de la denominada escuela de Palo Alto procede de Bateson (Ferreira, Lidz, Weakland, Wynne, Haley, Zuk, Cornelison, Carlson, Fleck y muchos otros, aparte los autores primeramente citados).Gregory, Bateson comenzó su carrera como antropólogo, y fue el primer marido de la famosísima antropóloga Margaret Mead, con la que escribió Balinese Character: A Photographic Analysis, en 1936. Su primer trabajo, Naven, mostró ya su interés por los tipos de relaciones interpersonales, y le sirvió para descubrir el fenómeno de la schismogenesis, con el que se pretende definir la perpetuación de las relaciones, simétricas o complementarias, entre dos personas (o grupos), una vez que se han iniciado con una tipología determinada. En los años cincuenta comienza su interés por el campo de la psiquiatría, bajo la perspectiva antropológica, en donde había de mostrar su carácter innovador y sus notables y profundas intuiciones, que siempre trató de objetivar. Su aportación a la psiquiatría comienza con la colaboración con Jurgen Ruesch, cuando publican juntos, en 1951, Communication: The Social Matrix of Psichiatry. Los capítulos más importantes de este libro, de muy escasa relevancia en la psiquiatría actual -diré luego por qué- pertenecen a Bateson. En este libro Bateson hace, incluso, una reinterpretación de la historia del pensamiento psiquiátrico, abordando por primera vez los aspectos epistemológicos y los errores de este índole que han caracterizado los enfoques tradicionales: descriptivo, epitético y temático. Los problemas epistemológicos de la psiquiatría habrán de ser de su interés siempre, y a ellos dedica una serie de trabajos que están recogidos en las partes IV y V de Steps to an Ecology of Mind. Pero en donde Bateson alcanzó su más alta significación fue en su trabajo de 1956, en colaboración con Jackson, Haley y Weakland, Towards a Theory of Schizophrenia, publicado primeramente en Behavioral Science y luego reiteradamente editado. Este trabajo, que mereció ser considerado como la aportación más imnortante acerca de la esquizofrenia acaecida en las últimas décadas, no mantiene, cautelosamente, una hipótesis causal acerca de este tipo de psicosis, sino que constata la preexistencia de un tipo de relaciones paradójicas, el double bind (doble vínculo), en el paciente que satisface los criterios diagnósticos de esquizofrenia. La aportación ulterior en la psicopatología de la esquizofrenia, que va a constituir el soporte teórico de la desafortunadamente denominada antipsiquiatría, con Laing, Esterson, etcétera, parte de la investigación de Bateson y su grupo. Las condiciones del doble vínculo son, en apretada síntesis, las siguientes: a) existencia de una relación intensa y necesaria entre dos personas (cuando menos), especialinente la interacción parentofilial; b) en esta situación de no libertad, un «sistema cerrado», se ofrece un mensaje (información) y un metamensale (propuesta de relación) contradictorios entre sí, de forma que son excluyentes: de obedecer al mensaje se desobedece el metamensaje, y a la inversa, de modo que el receptor, obligado, se encuentra en un impasse ante el emisor. En este impasse tiene lugar la conocida profecía autocumplidora, mediante la cual los patrones de conducta del receptor no sólo se reiteran, sino que le confirman en la hipótesis sobre sí mismo (sobre su identidad, su self) que el emisor le ofrece. La teoría de Bateson acerca de las relaciones interpersonales, uno de los tipos de la misma es el doble vínculo, se insipira en la teoría de los tipos lógicos de B. Russell. Posteriormente, Bateson llevó a cabo una brillante e imaginativa aplicación de estas tesis a la «lógica» del alcoholismo. Finalmente, en 1979, en las postrimerías, por tanto, de su existencia, publicó un texto, Mind and Nature. A Necessary Unity, que viene a ser una teorización acerca del carácter «natural» de los procesos mentales.

Los trabajos de Bateson están escritos en un nivel de abstracción lo suficientemente elevado como para que choquen, de entrada, con el burdo empirismo de la práctica psiquiátrica usual. Exigen del lector un esfuerzo considerable y son, sin duda, una aventura fascinante de orden intelectual. Son, por eso, trabajos para seminarios, en los que al propio tiempo alguien, quien quiera que sea, trate de aproximar la enorme riqueza teórica de su contenido al campo de la práctica psiquiátrica y psicoterapéutica, por una parte, y, por otra, al de la cotidianeidad (porque uno de los más ahincados intentos de Bateson estriba en disolver la solución de continuidad, erróneamente provocada por razones ideológicas, entre las llamadas normalidad y anormalidad).Por otra parte, la psicología, psicopatología y psiquiatría tradicionales consideran como su objeto epistemológico o bien el sistema nervioso central o, todo lo más, el sujeto. En Bateson, como antes en otro psiquiatra, cuya significación aún no ha sido extraída al máximo, Harry Stack Sullivan (muerto en 1947), el objeto epistemológico se encuentra en la relación sujeto-sujeto, de tal modo que la conducta no se comprende sino desde la relación misma, y no desde un sujeto tan sólo. Algo que en sí mismo supone una crisis de fundamentos de este grupo de ciencias y que, por consiguiente, ha de tardar en reconocerse. Por eso estoy convencido de que la psiquiatría de los próximos años, al mismo tiempo que, naturalmente, ha de cuestionar muchos de los postulados de Bateson, habrá de contar necesariamente con todo el armazón teórico construido por él y su escuela, si es que quiere seguir fiel, por un lado, a lo que coristituye la identidad misma de lo que es psiquiatría, y por otro, ofrecer ésta como una disciplina que cumpla los requisitos exigibles hoy a cualquier disciplina que se pretenda científica.

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es psiquiatra y autor de numerosas obras sobre el comportamiento humano. Ha ejercido una labor investigadora y docente en su ciudad natal. Córdoba.

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