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Ysart: "Con Abril o sin él, la política económica seguirá siendo la misma"

El subsecretario adjunto al vicepresidente del Gobierno para Asuntos Económicos declaró ayer, en Santander, que, se produzca o no la dimisión de Fernando Abril, la política económica seguirá siendo la misma, porque "en situaciones de crisis, las soluciones son habas contadas. La política", dijo Federico Ysart, refiriéndose al rumor de la dimisión de Abril, «no debeser un objeto de cotilleo ni de personalismos. Hablar de "fuentes allegadas a", o de "personas cercanas a", es lícito desde un punto de vista periodístico cuando la información se refiere a aspectos delicados de la vida social. Pero yo no soy una persona "cercana a", sino el adjunto al vicepresidente Fernando Abril, y tengo que contestar que quienes tienen que hablar de ese tema, si ha habido tal dimisión, son dos personas: el señor que ustedes dicen que ha dimitido o el señor que haya recibido esa dimisión. Otra respuesta por mi parte no haría más que añadir confusión a la opinión pública».Aunque reconociendo que la tensión tiene un trasfondo producido por la crisis económica, Federico Ysart señaló que los grandes problemas planteados son de carácter fundamentalmente: político, como el cómo va a ser el Estado autonómico, y qué se va a hacer con la Administración pública, tantas veces ineficaz. «Sobre la política económica que hay que hacer», concluyó, «no hay demasiados debates».

La distensión UCD-PSOE

Federico Ysart, que dictó una conferencia sobre Centrismo y dialéctica política en el curso Cultura, Sociedad y Política en el mundo actual, que dirige Raúl Morodo en la Universidad Internacional, después de decir que «no hemos hecho nada más que empezar en la construcción de nuestro sistema de libertades», añadió que el desarrollo de la Constitución y la crisis económica «demandan una concertación de esfuerzos. La distensión del Estado de relaciones creado entre los partidos centrista y socialista por la reciente moción de censura es, más que urgente, necesaria. De otra forma, el instinto de conservación del propio Gobierno podría llegar a poner en peligro la consecución de las metas necesarias por la entrada en escena de otras fórmaciones, otros intereses y, en suma, por la pérdida de la perspectiva real de los problemas presentes».«Esta responsabilidad», concluyó Ysart, «no se agota en el partido que sustenta al Gobierno, sino que afecta también con igual intensidad al líder de la oposición».

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