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Dificultades para la unificación del precio de los crudos

En un oasis artificial de cemento y música ambiental en mitad del desierto saudí, los trece países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), comienzan hoy una reunión extraordinaria que, muy probablemente, terminará con nuevos aumentos unilaterales de los ya altos precios del crudo. No obstante, es muy posible que estas subidas no se materialicen hasta la reunión ordinaria que el cartel celebrará en Argel dentro de un mes.

El sector radical de la OPEP, encabezado por el ministro argelino de petróleo, Abdel Nabi, anunció ayer que se opondrá al intento de Arabia Saudí para que la organización adopte en Taif un sistema unificado de precios que, en opinión de los saudíes, pretende imponer algún tipo de orden en las enormes diferencias de precios que los diferentes miembros de la OPEP cargan por su crudo en el mercado mundial.La declaración de Nabi, junto al reconocimiento por el ministro indonesio de Energía, Subroto, que el tema principal de la reunión de Taif será de nuevo la cuestión precios, convierte a este encuentro en una nueva versión de la última reunión de la OPEP en Caracas, donde el pasado diciembre se rompió completamente la débil cohesión que existía en el cartel a la hora de fijar sus precios.

Como consecuencia de dicha ruptura, Arabia Saudí vende ahora su petróleo a veintiséis dólares por barril, mientras que la mayoría lo hace a unos treinta, excepción hecha de Libia, Argelia y Nigeria, que cobran por encima de los 35 dólares, aunque su crudo es de mayor calidad que el arábigo ligero. Irán, por razones políticas, también cobra casi 35 dólares, pero su crudo, de calidad parecida al arábigo, no se puede comparar con el del Sahara.

El ministro venezolano de Energía, Humberto Calderón Berti, reconoció a su llegada ayer a Taif que después de la reunión que empieza hoy podría haber nuevos precios del petróleo, pero señaló que las variaciones no serán muy considerables.

Teóricamente, el encuentro extraordinario de Taif estaba convocado para ratificar una fórmula elaborada por el comité de estrategia de la OPEP, el pasado febrero en Londres, según la cual el precio futuro del crudo se establecería institucionalmente en base a una indezización compuesta por la inflación mundial, el crecimiento de los países industriales y el coste en el mercado de una serie de productos manufacturados.

Pero una aparente propuesta de Arabia Saudí de aumentar ahora el precio de su crudo de veintiséis hasta unos treinta dólares por barril, de forma que este precio se convierta en base única para todos, con los diferenciales clásicos del mercado (nunca superiores a dos dólares), fue rechazada públicamente por el ministro argelino en unas declaraciones al diario Le Matin, de París. Según Nabi, Argelia no sólo rechazará la oferta, sino que también se opondrá al establecimiento del sistema unificado de precios que fue elaborado por el comité de estrategia.

El ministro argelino, que ha mantenido reuniones previas secretas al encuentro de Taif, con delegados de Irán y Libia (los dos países más militantes del consorcio), también se mostró escéptico sobre las posibilidades de que la OPEP vuelva en un plazo corto a fijar precio único. Por el contrario, señaló que el precio del petróleo continuará aumentando independientemente de las condiciones del mercado y de la situación económica mundial.

El principal argumento que Arabia Saudí tiene en su mano es la difícil situación que los altos precios del petróleo han originado en los países industriales, situación caracterizada por un crecimiento muy débil o nulo, alto índice de inflación y unos déficit exteriores tan fuertes que son difícilmente financiables. Arabia Saudí pretende restringir, e incluso reducir, los actuales precios del petróleo, y estimular así las economías occidentales hasta que el mercado mundial de petróleo vuelva a ser boyante.

Además de la cuestión de precios, cuya incrementación final puede retrasarse hasta el próximo encuentro ordinario en Argel, dentro de un mes, la reunión de Taif tendrá que discutir los otros puntos de la agenda que elaboró el comité de estrategia en Londres. Estos incluyen la política de la OPEP en la década de los ochenta y las estrategias a seguir por el consorcio en los próximos años. Pero, además de estos temas, la situación en Irán, la interrupción de los suministros de crudo iraní a Japón y la amenaza de una acción militar norteamericana sobre el estrecho de Ormuz (que interrumpiría la salida de petróleo del golfo Pérsico), junto a una posible petición de solidaridad por parte de Irán en su conflicto con Occidente, matizarán el contenido de este encuentro.

Si bien no se esperan decisiones imprevisibles, las conversaciones de la OPEP pueden revelar, por otro lado, el grado de cohesión del consorcio petrolero, cuál será el estado material y psicológico del mercado mundial de crudos en los próximos meses y si este, contrariamente a la situación actual, cuando existe un exceso de oferta y el cartel recurre a métodos políticos para mantener creciendo los precios, permitirá una recuperación económica de Occidente.

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