El jefe de la policía foral de Alava, ametrallado en plena calle por un comando armado
De «premonición de la violencia que ya se anuncia contra la policía autónoma» calificó el presidente Garaikoetxea el asesinato del comandante Jesús Velasco Zuazola, jefe del Cuerpo de Miñones -policía foral- de Alava, ametrallado ayer en Vitoria por un comando armado.
El señor Velasco, que acababa de cumplir 47 años, acompañaba cada mañana al colegio de las Ursulinas, en la calle de la Magdalena, a dos de sus cuatro hijas. Como todos los días, el Ford Fiesta del señor Velasco aparcó, sobre las nueve menos cinco de la mañana, en la esquina de la plaza de Lovaina con la calle de Ramiro de Maeztu. Apenas habían salido del coche Begoña e Inés, de dieciséis y doce años, respectivamente -acompañadas de otras dos amigas de su edad-, cuando un individuo armado descendía de un taxi que se había detenido instantes antesjunto al coche del señor Velasco, detenido a su vez por indicación de un segundo joven apeado delmismo taxi. El desconocido, sin mediar palabra, disparó una ráfaga, que alcanzó de lleno al comandante. La menor de las dos hermanas, Inés, pudo ver la cara del agresor, que, según relató posteriormente a sus familiares -y éstos, a los periodistas-, «era una cara de rabia».Aparte del autor material de los disparos, otras dos personas viajaban en el taxi, que había sido robado una hora antes a punta de pistola. Tras el atentado, el automóvil partió velozmente, al parecer por la calle de Diego Beltrán, siendo abandonado por sus ocupantes no lejos de la residencia sanitaria Ortiz de Zárate, donde poco después era trasladado, ya sin vida, el cuerpo de Jesús Velasco. Los médicos sólo pudieron certificar el fallecimiento, que probablemente, dada la gravedad de las heridas, fue instantáneo.
En el lugar del atentado fueron hallados nueve casquillos de bala -calibre nueve milímetros Parabellum-, y una más en el interior del Ford Fiesta. La impresión de los testigos era que los disparos habían sido efectuados con una pistola automática, o más probablemente una pistola metralleta, ya que los tiros se oyeron en ráfaga.
A partir de las nueve y media de la mañana fueron acudiendo a la residencia Ortiz de Zárate numerosas personalidades. de la provincia. El gobernador civil, que se encontraba en Madrid, emprendió de inmediato viaje de regreso a la capital alavesa.
A las doce del mediodía se celebraba en el Palacio Provincial un pleno extraordinario de la Diputación, en el que se acordaba declarar tres días de luto oficial en toda la provincia. A la declaración se sumaría poco después el pleno del Ayuntamiento vitoriano. Casi simultáneamente, los empleados de la Diputación hacían público un comunicado en el que condenan la muerte de «un hombre que llevaba con dignidad el uniforme del Cuerpo de Miñones de Alava y, se tocaba con la boina roja de la foralidad».
A las doce y media llegaba el féretro, quedando instalada la capilla ardiente en el salón de plenos. Numerosas personas se habían concentrado para esa hora en los pasillos del Palacio Provincial, en cuyo balcón principal ondeaban a media asta las banderas de España, de Alava y la ikurriña vasca.
Conmoción
En un ambiente de gran emoción, en el que tan sólo los sollozos de la hija menor de la víctima rompían periódicamente el impresionante silencio, se iniciaba poco antes de la una de la tarde una misa de corpore insepulto. El féretro aparecía cubierto por una bandera española y la boina roja de los miñones.
Aparte de los familiares y diputados se encontraban presentes los dirigentes de los principales partidos políticos de la provincia. Entre ellos, Txiki Benegas, que se enteró de la noticia a través de la radio del automóvil en el que, de paso hacia Salamanca -para asistir al funeral en memoria del guardia civil recientemente asesinado en Alsasua-, atravesaba, a media mañana, la capital alavesa.
El señor Benegas, muy afectado, declaró a EL PAIS haber conocido personalmente al comandante asesinado, con quien había mantenido «las más cordiales relaciones en la fase en que ocupé la cartera del Interior del CGV». «El fue», añadió, «quien preparó, a petición de mi consejería, un estudio sobre el funcionamiento de los miñones en la época en que negociábamos la estructuración de la futura policía autónoma.» Respecto al atentado, Benegas lo consideró «un paso cualitativo en la escalada de la violencia: el paso anterior fue atentar contra militantes de partidos vascos y ahora se inicia la ofensiva contra la policía autónoma».
De la misma opinión fue el diputado centrista Antonio Marco Tabar -amigo personal desde la iníancia del señor Velasco-, quien manifestó entre sollozos que «esta locura tiene una significación clarísima: le han matado porque él podía ser la persona adecuada para organizar en el futuro la policía autónorna».
Jesús Velasco Zuazola pertenecía a una familia muy conocida en Vitoria. Militar e hijo de militar, había ascendido a comandante hace poco tiempo y era jefe del cuerpo de Miñones desde hace seis años. Era padre de cuatro hijas, la mayor de diecisiete años y la menor de dos años.
Según su cuñado, señor Vidal-Abarca, «era vasco por los cuatro costados, y español, como todos nosotros». «Como buen militar», añadió, «tenía un profundo respeto a las instituciones y nunca se metió en política.» No obstante, esta opinión, otras fuentes aseguraron que el señor Velasco simpatizaba con Alianza Popular. De hecho, su esposa, Ana Vidal-Abarca López, es en la actualidad vicepresidenta de dicho partido en Alava, habiendo figurado en las listas del mismo como candidata en las elecciones del 15 de junio de 1977. En marzo pasado fue candidata de la coalición Unión Foral.
Según acuerdo adoptado ayer por la tarde, las Juntas Generales de Alava se reunirán el próximo sábado en sesión extraordinaria, que se iniciará a las cuatro de la tarde. El funeral tendrá lugar, en la catedral vitoriana, dos horas después. Por otra parte, el PSOE ha convocado para hoy en su sede de Bilbao al PNV, PCE y Euskadiko Ezkerra, a fin de estudiar posibles iniciativas en respuesta a los nuevos atentados producidos en la última semana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- José María Benegas
- Carlos Garaikoetxea
- Declaraciones prensa
- Amenazas periodistas
- Amenazas
- Periodistas
- PSE-EE PSOE
- Agresiones físicas
- Amenazas terroristas
- Álava
- Atentados mortales
- Policía autonómica
- PSOE
- Periodismo
- Integridad personal
- País Vasco
- Atentados terroristas
- Policía
- ETA
- Ayuntamientos
- Partidos políticos
- Fuerzas seguridad
- Comunidades autónomas
- Grupos terroristas
- Administración autonómica