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La televisión, "abuela electrónica" de la familia

Comenzó ayer en Zurich el cuarto Congreso Internacional Familia y Medios de Comunicación, cuya primera jornada se centró en la necesidad de potenciar la responsabilidad ante el uso de la televisión.Elisabeth Blunschy, parlamentaria suiza, abrió el Congreso destacando que «la televisión habla más de las familias con graves problemas que de las familias sanas».

«Hay familias que incluso sujetan sus propios horarios a los de la televisión, comen y cenan con la televisión, quitando mucho espacio a la verdadera reunión familiar, al intercambio de ideas y sentimientos entre los componentes de la familia, entre los esposos y entre padres e hijos», dijo el ponente Klaus Amman, quien calificó a la televisión de «abuela electrónica» y «jefe fantasma de la familia». El señor Amman citó, según Europa Press, los datos de una encuesta realizada con 3.000 niños franceses de dos a cinco años y por la que el 44% afirma preferir la televisión a su padre, mientras que el 20% la prefieren a su madre. El excesivo consumo de televisión produce, añadió el ponente, cansancio, aburrimiento, bajo rendimiento en la escuela, y corroboró sus datos con otras encuestas, que tabulan el consumo semanal de los niños en veintitrés horas ante la pequeña pantalla, hasta el punto de que en Estados Unidos existen clínicas neurológicas infantiles «para curar la enfermedad de un exceso de televisión».

El profesor Gianfranco Bettetini destacó la influencia de las ideologías a través de la pequeña pantalla. «Una imagen, por bien dada que esté», dijo el profesor italiano, «no puede ofrecer una visión global y de conjunto. A veces se finge objetividad. El consumidor de la televisión debe ser instruido con gran intensidad sobre la naturaleza y funciones de los distintos programas en la escuela y, sobre todo, en la familia.»

Los cuatrocientos congresistas, que representan a treinta países -directivos de televisiones, asociaciones familiares y comunicólogos-, después de ofrecer un balance más bien negativo de la televisión, presentaron en la mesa redonda una serie de soluciones concretas, entre las que cabe señalar las siguientes: «La televisión debe ayudar a los padres, dando amplia información de sus programas. Los padres deben recabar información de las distintas publicaciones sobre el contenido de los programas. Los padres deben fijar el tiempo en que se ve la televisión en casa, apagándola durante las comidas y dar tiempo a la convivencia familiar. Los padres deben ver la televisión, cuando es posible, con sus hijos menores y explicarles el contenido del programa; es mejor ver la televisión en familia. Las organizaciones familiares deben ser consultadas por las televisiones, a la hora de programar, porque la familia es el principal consumidor. Los dirigentes de las cadenas televisivas deben respetar los principios de las institución familiar, emitiendo programas que ayuden a la familia, a su unidad y convivencia.»

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