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La Seguridad Social trata de evitar los elevados niveles de absentismo laboral

En la elaboración de los presupuestos de la Seguridad Social se ha tenido en cuenta, según explicó el ministro del ramo, el alto índice de absentismo laboral que se deriva de la aplicación de la prestación correspondiente a la incapacidad laboral transitoria. Durante el presente año, la aplicación de este beneficio ha supuesto un promedio de catorce días de baja por cada uno de los casi ocho millones de trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Esta cifra supone un incremento respecto a 1978 del 11% de las jornadas indemnizadas, sin que pueda justificarse por aumento de la población protegida que, incluso por efecto del paro, acusó una ligera disminución.En consecuencia, según hizo hincapié el ministro, la cuantificación del gasto en esta prestación se ha realizado teniendo en cuenta la corrección de la desviación no justificada en el número de jornadas indemnizadas durante el presente año.

El ahorro en esta prestación, así como el que se genera con la contención de los gastos de farmacia, se destina al incremento de las pensiones, capítulo de las prestaciones que concita la mayor atención del presupuesto. «El abuso en el gasto», dijo el señor Rovira Tarazona, «merma los recursos necesarios para las pensiones y el ahorro es una exigencia de solidaridad y responsabilidad al que este presupuesto presta atención prioritaria. »

Menos explícito, sin embargo, fue el ministro de Sanidad y Seguridad Social acerca de otros datos sobre los que fue requerido por los informadores en relación con la deuda que mantienen algunas empresas con la Seguridad Social. En este sentido, el señor Rovira Tarazona aplazó la información solicitada hasta el próximo 30 de noviembre, fecha en la que se conoce con exactitud el número de empresas que mantienen descubierto en sus cotizaciones al sistema, así como el montante del mismo.

También rehusó contestar, por, no conocer exactamente los datos solicitados, acerca del número exacto de trabajadores al servicio de la Seguridad Social, así como la media salarial de los mismos. Sin embargo, el ministro insistió en la necesidad de que la Seguridad Social debe ser considerada más una empresa solidaria que un simple seguro, «al que se pretende exigir en la misma medida que se da».

En otros aspectos, el señor Rovira Tarazona se mostró especialmente optimista, principalmente en el capítulo deficitario que presentalel actual ejercicio. Según explicó, sobre los 100.000 millones de incremento que se establecían en las previsiones del, presupuesto para el presente año, en una primera observación de la desviación del gasto que se efectuó en el mes de junio ya se habían reducido 25.000 millones, tal como el programa económico del Gobierno establecía por aquella fecha. Añadió el señor Rovira Tarazona que las previsiones en este sentido hacen suponer que el déficit final se ajustará a los objetivos económicos trazados por el Gobierno. No obstante, hasta el mes próximo no se podrá conocer con exactitud el alcance de dicha desviación en el gasto.

No se puede hablar de privatización

Acerca de los rumores de privatización que con frecuencia surgen desde los partidos de izquierda con relación a la Seguridad Social, el ministro explicó que dicho término se aplicade una manera indiscriminada y pocas veces con acierto. «Nadie puede hablar de privatización de la Seguridad Social y menos cuando la aportación estatal a su presupuesto es cada vez mayor. Tanto las prestaciones económicas como la asistencia sanitaria, no obstante, tienen que ser objeto de una adecuada reforma, lo que se abordará mediante una nueva ley de la Seguridad Social, por una parte, y a través de la ley de Sanidad, que están en estudio y que en su día decidirán el modelo sanitario y de Seguridad Social que los españoles deseen.»

También destacó el ministro el aumento experimentado por la partida presupuestaria que se refiere a la investigación y la docencia, que se ha incrementado en un 23 % con relación al ejercicio actual. «Esta mayor dotación económica de tan importante capítulo supondrá que los problemas laborales de los médicos internos y residentes registrados en este año, por falta de presupuesto para completar su formación académica en los hospitales de la Seguridad Social, no volverán a registrarse.»

Finalmente, aunque fuera del marco de los presupuestos, el ministro se refirió a las relaciones de la Seguridad Social como empresa con las centrales sindicales. «En nuestros hospitales, desde que yo estoy al frente del Ministerio, no recuerdo que haya habido conflicto laboral alguno. Otra cosa es lo que ocurra en las instituciones sanitarias con las que mantenemos régimen de concierto y en cuyas relaciones internas no podemos entrar», dijo el señor Rovira Tarazona.

«Nuestras relaciones con las centrales», añadió, «nacen de la presencia de las mismas en los consejos generales de los institutos de la Seguridad Social, lo que significa que las relaciones son de colaboración.»

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