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Gente

Es la historia de un reinado

después de la muerte, de una resistencia al olvido intencionado. Los peruanos querían deshacerse hasta de la estatua de Francisco Pizarro, pero no contaban con que aparecerían y desaparecerían, como si se tratara de los ojos del Guadiana, su momia y su cráneo. Cuando los antropólogos y expertos en arqueología habían decidido que el cráneo aparecido en una caja de plomo en la cripta de la catedral de Lima era el del conquistador extremeño, cuando ya no quedaba ninguna duda de que aquella inscripción He aquí el cráneo del marqués Francisco Pizarro... era verdadera, la policía judicial peruana saca a la luz sus dudas y dice que hay sólo un 50% de posibilidades de que esa calavera sea auténtica. Los peruanos no quieren dejar de pensar que a su conquistador se lo tragó la tierra hace ya varios centenares de años.

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