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estos días en Madrid un abogado norteamericano que debe parte de su fama al llamado affaire Lee Marvin. En España, este abogado, cuyo nombres es Marvin Mitchelson (en la foto), viene a resolver un caso que implica a una modelo, Elisabeth Velasco; a un torero, Manuel Benítez El Cordobés, y a un niño de nueve años, supuesto hijo de la modelo y el torero, que responde al nombre de Manuel Benítez, precisamente.El affaire Lee Marvin culminó favorablemente para los intereses del abogado Mitchelson, que defendió a la señorita Michelle Troila, quien había vivido, sin contraer matrimonio, con el famoso actor Lee Marvin desde 1964 hasta 1970 y presentó una demanda por ruptura de contrato. El fallo judicial se emitió en abril de este año, en Los Angeles. Los tribunales obligaron a Lee Marvin a pagarle a su amante el equivalente en dólares de siete millones de pesetas.

En aquella ocasión, la señorita Troila declaró estar muy satisfecha de la decisión judicial, que, dijo, abrirá el camino a otras mujeres en circunstancias similares. «Desde ahora», añadió la ex amante de Lee Marvin, «cuando dos personas decidan vivir juntas sin casarse se sentarán antes a negociar con papel y lápiz. »

Elizabeth Velasco es una de esas mujeres que ha acudido, por supuesto, al mencionado asesor legal. Ella declara que vivió cuatro años con El Cordobés, antes de que el famoso torero comenzara a vivir con otra mujer. En un programa de Televisión Española afirmó hace unos días que estaba dispuesta a someterse a las pruebas precisas para demostrar que su hijo, que llama papá a Manuel Benítez, nació en efecto de su unión con el matador de Villalobillos. Aparentemente, antes de que se plantee un juicio similar al que protagonizó Lee Marvin habrá un intento de llegar a un arreglo amistoso entre las partes.

Mientras este nuevo affaire toma cuerpo en España, el pequeño Manuel Benítez, rubio y hablador, charla con un marcado acento norteamericano (vive en Los Angeles) sobre su intención de ser torero. En el programa televisivo en el que su madre declaró sus intenciones de someter a El Cordobés a la prueba de paternidad, el muchacho afirmó, con todo desparpajo, que si llegara a ser matador lo haría mucho mejor que su presunto padre.

Estos deseos de descubrimiento de la supuesta paternidad de El Cordobés pueden verse frustrados, porque la legislación española no admite en el Código Civil la investigación de la paternidad.

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