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Las deudas a corto plazo de Olarra SA, ascienden a 4.000 millones de pesetas

Luis Olarra, senador real durante la anterior legislatura, candidato al Congreso por Coalición Democrática el 1 de marzo, presidente de la Confederación de Empresarios de Vizcaya y presidente, asimismo, de Olarra, SA, se encuentra oficialmente en paradero desconocido -aunque probablemente en Londres-, tras haber presentado, a media mañana de ayer, los abogados de su empresa expediente de suspensión de pagos. Olarra, varias veces multimillonario y varias veces arruinado; repetidamente amenazado por ETA, activo defensor de los conciertos económicos y de la reintegración foral ha sido a menudo considerado como el prototipo del nuevo empresario vasco, en especial por su audaz política exportadora.

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El origen inmediato de la decisión de presentar suspensión de pagos parece residir en la imposibilidad de hacer frente al pago de cincuenta millones de pesetas reclamados por vía judicial por la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao. Esta deuda corresponde a un aval otorgado por dicha institución de crédito en garantía de unas obligaciones de Olarra que, cumplido el plazo, no fueron satisfechas. La acción emprendida por la Caja de Ahorros no va dirigida, sin embarelo, contra el patrimonio de la empresa como tal, sino contra los hermanos Luis y Miguel Olarra, que actuaban como cogarantizadores de la operación en cuestión.En cualquier caso, estos cincuenta millones serían tan sólo una pequeña parte del pasivo de la solicitada suspensión de pagos. En la memoria del ejercicio anterior, presentada por Luis Olarra ante la junta general de accionistas el pa sado día 23 de junio, el exigible a corto plazo se cifra en 3.902 millones de pesetas, ascendiendo a 2.395,7 millones de pesetas los créditos bancarios. El mismo documento cifra en 1.663 millones de pesetas las facturas de clientes pendientes de cobro, y en 2.832 millones el valor del capital inmovilizado.

Estos datos -en particular el monto del exigible a corto plazo, casi en su totalidad correspondiente al capítulo de proveedores- eran ciertamente bastante alarmantes, aunque no se esperaba que la situación desembocase tan rápidamente en suspensión de pagos. En su discurso ante la junta, Olarra dejó abierta una puerta a la esperanza al hablar de perspectivas de recuperación en el sector de aceros especiales para fines del 1979. Olarra, SA, cerró el ejercicio de 1978 con un déficit de casi 300 millones de pesetas.

De un taller a Colombia

Lo que comenzó siendo un pequeño taller metalúrgico fundado por su padre en la inmediata posguerra, acabó por convertirse en la década de los 70, bajo la dirección del ex senador real, en una de las empresas más dinámicas del País Vasco. Más de 2.000 operarios trabajan en la actualidad en las factorías de Lujua y Erandio. En el último ejercicio, el volumen de ventas alcanzó los 5.900 millones de pesetas, de los cuales más de cuatro mil millones correspondieron a operaciones de exportación, dirigidas fundamentalmente hacia los países de la CEE y Estados Unidos. Hace unos años, Olarra instaló también una importante fábrica siderúrgica en Colombia. Este espectacular desarrollo es tanto más llamativo teniendo en cuenta que en los primeros años de la década de los sesenta Olarra -que ya a los veintiocho años era director general de Aceros de Llodio- se arruinó totalmente, al no recibir de los bancos vizcaínos el apoyo crediticio esperado, imprescindible ante las dificultades derivadas de la política de estabilización, entonces impulsada desde el Ministerio de Comercio por Alberto Ullastres.El éxito de la planta de aceros especiales, que instala por esta época en Lujua, le permite, sin embargo, recuperarse rápidamente, apoyándose en una agresiva orientación hacia la exportación. Las sucesivas devaluaciones de la peseta favorecieron esta rápida expansión. Cabe recordar al respecto que el que fuera ministro de Comercio Enrique Fontana Codina es en la actualidad vicepresidente de Olarra, SA.

Político foral

La personalidad política de Luis Olarra es también bastante notable. Tras intentar, sin éxito, entrar en las Cortes franquistas como representante del «tercio familiar» -a cuyas elecciones se presentó hace unos quince años- se convirtió en los últimos años del anterior régimen en un activo impulsador de la reforma política, distinguiéndose por su insistencia en dar una salida al tema vasco, en base a la recuperación de las instituciones forales.Como miembro del Senado, protagonizó en la Cámara alta un sonado enfrentamiento con Abril Martorell, a quien reprochó haber impedido -con su negativa a aceptar la enmienda del Grupo Vasco sobre los «derechos históricos»- una solución satisfactoria al pleito surgido con este motivo. La foto reflejando el enfrentamiento verbal entre el ministro y el senador fue recientemente premiada como «la mejor foto informativa del año ».

Por otra parte, Olarra venía siendo amenazado desde hace años por ETA, organización que, según un rumor ampliamente extendido en los medios económicos vascos, le exigía el pago del «impuesto revolucionario». Hace aproximadamente un mes, una nota de la Jefatura Superior de Policía de Bilbao daba cuenta de dos atentados fallidos contra «un conocido industrial vasco y su familia». El hecho de que a partir de entonces se reforzase la protección policial al empresario siderúrgico. y que éste trasladase a su familia al extranjero, pareció confirmar la sospecha, ampliamente extendida desde el primer momento, de que el «conocido industrial» fuera Olarra.

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