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Ayer se firmó en Madrid el acuerdo de libre comercio entre España y la EFTA

El acuerdo multilateral de libre comercio España-EFTA fue firmado ayer en Madrid, en el curso de un acto solemne celebrado en el palacio de Santa Cruz. Los embajadores permanentes de los siete países de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) y los ministros españoles de Asuntos Exteriores y Comercio, Marcelino Oreja Aguirre y Antonio García Diez, estamparon más de cien firmas en los múltiples documentos del acuerdo concluido de libre cambio industrial, así como en los siete acuerdos bilaterales agrícolas que lo complementan. Al acto asistió el secretario general de la EFTA, señor Müller.

Los ministros españoles, en unas breves palabras que pronunciaron momentos antes de la firma, coincidieron en afirmar la voluntad del Gobierno español de mantener una política liberal en el comercio con Europa, a pesar de la psicosis proteccionista que ronda en muchas naciones desarrolladas ante la próxima subida de los precios del petróleo. El señor García Díez declaró después a este respecto que España está abocada a ejercer esta política comercial liberalizadora y que cuenta, para ello, con una balanza de pagos saneada y con la necesidad de abrir nuevos mercados a su producción. El ministro no estuvo ni tan claro ni tan tajante a la hora de justificar las concesiones arancelarias que España hace, en el sector pesquero, a los países de la EFTA, facilitando la entrada en nuestro territorio de productos de pesca y transformados. El señor García Díez se limitó a decir que España exporta pescado y que damos un trato similar a la CEE. No se refirió al hecho de que España podía haber obtenido otro tipo de compensaciones, como licencias, para que nuestros buques puedan llegar a los ricos bancos de los países nórdicos.

Hasta el ingreso en la CEE

Por su parte, el señor Oreja Aguirre se declaró muy satisfecho por la conclusión del contrato multilateral y de los acuerdos agrícolas bilaterales. Destacó que el acuerdo EFTA desaparecerá una vez que España ingrese en las Comunidades Europeas y será sustituido entonces por el vigente acuerdo EFTA-CEE, que forma parte del acquis comunitario que deberá ser aceptado por España desde el mismo momento de su integración en las Comunidades. Asimimo, el señor Oreja Aguirre afirmó que el acuerdo firmado entrará en vigor el primero de enero de 1980 y que el Parlamento español iniciará el próximo otoño su estudio para la obligada ratificación.Por parte de la EFTA fue el presidente en ejercicio del consejo de la asociación, el embajador de Noruega, Johan Cappelen, quien pronunció un breve discurso, en el que declaró que el acuerdo firmado constituye una prueba concreta de la voluntad política española de completar su reintegración en la Europa occidental.

Nueva etapa

El señor Cappelen destacó los puntos más significativos del acuerdo, la vocación continental de la asociación y tuvo elogios para el proceso democrático español. Concluyó sus palabras afirmando que la firma de los acuerdos cerraba el período negociador, pero abría una nueva etapa de colaboración entre los países de la EFTA y España.El documento que recoge el acuerdo, editado por los servicios de la EFTA en inglés, y distribuido ayer en Madrid, incluye el texto del contrato con sus veintiocho artículos y un total de ocho anexos, con sus respectivas listas de productos y sus incidencias arancelarias.

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