Para UCD, lo importante es un resultado positivo en el referéndum sobre el Estatuto vasco

El Gobierno ha diseñado una estrategia provisional en la negociación de los estatutos de autonomía para el País Vasco y para Cataluña, pero especialmente con relación al primero. Las fuentes gubernamentales consultadas por EL PAIS señalan que el objetivo primordial es obtener un acuerdo global con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y buscar, desde esta base, otro acuerdo con el Partido Nacionalista Vasco (PNV).

Las mismas fuentes se mostraron interesadas en afirmar que un eventual fracaso en las negociaciones con los nacionalistas vascos no supondría, desde el punto de vista gubernamental, un fracaso total del proceso estatutario, puesto que el texto aprobado en la Comisión Constitucional podría superar el referéndum en las provincias vascas. El PNV podría llegar a abstenerse -indican-, tal y como hizo con la Constitución, pero lo acataría si el pueblo vasco lo respalda.La estrategia gubernalmental está fundamentada sobre el probable apoyo socialista y, a los efectos del referéndum, del Partido Socialista de Euskadi. Desde esta perspectiva, todas las fuentes gubernamentales consultadas por EL PAIS indicaban que la atención debía dirigirse hacia el PSOE, ya que, de acuerdo con las manifestaciones públicas de los máximos dirigentes del PNV, los aspectos que el Gobierno desea modificar son sustanciales.

Las previsiones del Gabinete contemplan también la posibilidad de que, una vez aprobado el Estatuto, con la oposición de los abertzales y la abstención del PNV, se recrudeciera la situación de violencia en el País Vasco. En ese caso, las mismas fuentes afirman que se estudiarían medidas especiales de seguridad. e, incluso, la declaración de un Estado de sitio, medida que, deacuerdo con la Constitución, ha de adoptarse con la conformidad del Parlamento. Socialistas y comunistas se apresuran a decir que no apoyarían una medida semejante, con lo que la previsión gubernamental pierde fuerza. Es difícil pensar que el Gobierno Suárez estuviera dispuesto a arrostrar una responsabilidad tal con el único apoyo de Coalición Democrática.

Pese a que el Gobierno se esfuerza en ofrecer una imagen de piña en el tema estatutario, lo cierto es que existen dos posturas diversas ¿entro de Unión de Centro Deniocrático (UCD) en cuanto a la estrategia a seguir, aunque no encontradas en su fondo político. La clecisión del presideñte Suárez de convocar a ocho miembros de su Gabinete y a cuatro vocales del cornité ejecutivo de UCD -los señores Fernández Ordóñez, Cabanillas, Alvarez de Miranda y Alzaga- para elaborar los motivos de desacuerdo con los proyectos de estatutos vasco y catalán se relaciona con el deseo presidencial de que todos los sectores del partido se encuentren vinculados a una decissión tan importante desde el punto de vista del Estado.

Las dos líneas estratégicas del Gobierno y de UCD son las siguientes: la de quienes piensan que los motivos de desacuerdo no deben presentarse bajo la única perspectiva de evitar la inconstitucionalidad y la de quienes defienden que esta trinchera es fundamental. Entre los redactores del documento centrista existe unanimidad en que los proyectos de estatutos ofrecen determinados aspectos inconstitucionales. La diferencia estriba en la línea que, según unos u otros, debe seguir UCD en la negociación.

Un sector considera que atrincherarse en la inconstitucionalidad desde un primer momento corta por completo las posibilidades de negociación; otro cree, por el contrario, que una postura tajante y clara desde el primer momento puede ayudar a que los nacionalistas replanteen su actual actitud de intransigencia.

Aunque la preocupación principal se centra en el Estatuto vasco, el sector socialdemócrata de UCD se muestra especialmente duro en cuanto a la negociación de los artículos del Estatuto catalán referidos a la financiación del régimen autonómico y en aquellos que pretenden regular la potestad del Gobierno de crear y controlar los centros docentes.

En la defensa, desde el principio, de la trinchera de la constitucionalidad figuran el sector más radical de la democracia cristiana y una parte de los antiguos miembros del Partido Popular. Otro sector de ese viejo partido, el representado por Pío Cabanillas, unido a los liberales y los socialdemócratas, valora más la otra estrategia. El sector representado por el vicepresidente segundo, Fernando Abril -quien personalmente se mantiene al margen del tema estatutario por considerar que su mera presencia dificultaría las conversaciones-, parece partidario de que, aun sobre la base de que UCD no debe consentir un quebranto de la Constitución, ésta es lo suficientemente abstracta en algunos puntos como para permitir una negociación no parapetada en previos dictámenes juridicistas.

Una vez fijadas las líneas generales de los motivos de desacuerdo de UCD y del Gobierno con ambos estatutos, la dirección del proceso estatutario ha quedado bajo la directa supervisión del presidente Suárez, quien ha iniciado ya contactos bilaterales importantes. En su agenda, según informaron personas próximas al presidente, figuran más entrevistas y reuniones de trabajo..

El presidente del Gobierno se apoya fundamentalmente en el equipo del Ministerio de la Presidencia, que desempeña José Pedro Pérez Llorca, lo que ha ocasionado cierta fricción entre este departamento y el quipo del Ministerio de Administración Territorial, que dirige Antonio Fontán, por estimar los segundos que se le restan algunas competencias. La principal preocupación del equipo asesor del presidente es que la tensión negociadora impulse la ruptura interna del PNV, cuya situación como partido no está muy cohesionada. En medios nacionalistas preocupan, por su parte, las constantes referencias a las Fuerzas Armadas desde ámbitos oficiales.