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"La inteligencia se puede aprender y enseñar"

«El desarrollo es sinónimo de avance científico y tecnología, y vemos en el mundo que, a mayor avance científico y tecnológico, hay un mayor desarrollo en todos los aspectos de la vida colectiva. Ahora, el desarrollo científico y tecnológico es resultado de un desarrollo de la inteligencia, porque ciencia y tecnología no son sino inteligencia cristalizada, fruto de la inteligencia, un resultado inmediato de la inteligencia creativa, y un país será tanto o más desarrollado cuanto mayor número de mentes creativas tenga por cada mil habitantes.»Este concepto surge de Luis Alberto Machado, ministro de Estado del Gobierno de Venezuela para el «desarrollo de la inteligencia». «La inteligencia se puede aprender, se puede enseñar. Comprender esto significa que tenemos el instrumento fundamental para el desarrollo de los pueblos, de las clases laborales», afirma el ministro venezolano. «Estamos convencidos de que el día en que los Gobiernos de la Tierra y los organismos fundamentales de la vida colectiva, en cada país, tomen en sus manos este proceso y le den la prioridad que le corresponde, ese día habremos iniciado una transformación muy trascendental.»

La solución para el ministro Luis Alberto Machado está en la transformación integral del sistema educativo en el mundo, dirigida a la formación de ciudadanos «cada vez más creativos, con una inteligencia cada vez más desarrollada». Afirma que «la psicología ha dado pasos tan importantes en estos treinta años, que hoy el hombre no sólo está capacitado para conocerse a sí mismo, como lo venía haciendo progresivamente a lo largo de toda la historia, sino que, además, está capacitado, por primera vez en la historia, para transformarse a sí mismo ».

Luis Alberto Machado sostiene que en lo concreto se pretende que en Venezuela haya una asignatura más en el curriculum actual, desde primaria e incluida la universidad, en donde se les enseñe a pensar a los estudiantes. Define así esta futura nueva realidad educacional en su país: «Se trata de que un estudiante llegue a las ocho de la mañana a la escuela, al colegio o a la universidad y reciba una clase de matemáticas; después, una clase de historia, por ejemplo, y después, una clase de inteligencia.»

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