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Llamamiento del Pacto de Varsovia para la reducción de contingentes militares en Europa

A juzgar por el comunicado publicado el martes, en Budapest, los ministros de Asuntos Exteriores del Pacto de Varsovia, reunidos en la capital húngara durante dos días, han centrado sus discusiones sobre los problemas de la distensión militar, en la perspectiva del período post SALT II. El texto adoptado, de un carácter bastante general, parece responder a una operación de seducción de la opinión pública. En este documento resulta difícil encontrar una base rigurosa de discusión.Como contrapeso de las palabras apaciguadoras de los ministros de Asuntos Exteriores están las maniobras militares del Pacto de Varsovia «Escudo 79», que tienen también como escenario el suroeste de Hungría. Estas maniobras serán supervisadas por los ministros de Defensa de los países miembros de la organización, incluida Rumania. Ya se encuentran en Budapest el mariscal soviético Ustinov, el mariscal Kulikov, comandante en jefe de las tropas del Pacto de Varsovia, y el general Gribkov, jefe del Estado Mayor La participación rumana parece limitarse, como de costumbre, a la presencia de oficiales de Estado Mayor.

El aspecto más novedoso del comunicado de los ministros del Exterior del Pacto de Varsovia reside en el llamamiento dirigido a todos los países europeos, Estados Unidos y Canadá para la celebración de una conferencia general, que tendría como fin adoptar las medidas prácticas para la reducción de los contingentes militares en el continente.

Disolución de bloques

La reafirmación de la voluntad de disolver paralelamente los dos bloques militares, OTAN y Pacto de Varsovia, es una declaración de principios varias veces formulada ya, y que, si se concretizara, no impediría la coordinación política y militar entre Moscú y sus aliados. Los países miembros del Pacto se encuentran vinculados con la URSS, y entre ellos, mediante una red de tratados bilaterales, cuya existencia vaciaría, en gran medida, de contenido político la adopción de una decisión para disolver los bloques militares.

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Con relación al armamento nuclear, enumeran una serie de medidas para disminuir los peligros y riesgos de un enfrentamiento atómico. Estas propuestas, cinco, apenas contienen elementos nuevos. Los ministros del Pacto de Varsovia proponen un acuerdo con los siguientes fines:

1. La conclusión y aplicación del acuerdo SALT II y el paso a la etapa siguiente (SALT III).

2. Establecimiento de los plazos y modalidades de las conversaciones para detener la fabricación de todo tipo de armas nucleares y sobre la reducción progresiva de los stocks, hasta su supresión total.

3. La prohibición definitiva de utilizar armas nucleares.

4. La conclusión de un acuerdo sobre la prohibición total y global de los ensayos de armas nucleares.

5. La adopción de medidas con vistas a reforzar las garantías de seguridad para los países no nucleares.

El comunicado no habla, o lo hace, sólo muy discretamente, de una serie de puntos importantes y actuales. Así, el silencio es total sobre la negociación soviético- norteamericana sobre las armas antisatélite, cuya tercera ronda acaba de abrirse en Viena.

Los ministros se muestran muy discretos sobre las armas nucleares de alcance medio estacionadas en Europa. Estos armamentos, llamados de «la zona gris», ya que no están incluidos en las negociaciones SALT, ni en las conversaciones de Viena sobre la reducción de fuerzas en Europa (MBFR), serán incluidos en la próxima ronda de negociaciones SALT III.

En este sentido, las conversaciones MBFR de Viena, deberán estar en el futuro, mucho más estrechamente vinculadas a las negoclaciones soviético-norteamericanas sobre armamentos estratégicos. Esta interdependencia entre las dos negociaciones no facilitará, sin duda, la conclusión de las conversaciones que actualmente se desarrollan en Viena. Quizá explique esto la prudencia del Pacto de Varsovia a este respecto. Los ministros de los países socialistas se limitaron a manifestar su «descontento» ante la ausencia de progreso en las citadas conversaciones, iniciadas hace seis meses, y a invitar a los países occidentales a dar pruebas de buena fe.

Brejnev, a Budapest

Por otro lado, en fuentes oficiosas de Moscú se ha podido saber que el jefe del Estado soviético, Leonidas Brejnev, visitará Budapest del día 30 de mayo al 1 de junio, «si su salud se lo permite», según información de nuestro corresponsal en Moscú. El viaje no será anunciado oficialmente hasta su inicio.

La visita fue preparada durante la estancia de Janos Kadar en Moscú, en marzo pasado, y parece que está relacionada con la cumbre americano-soviética de Viena para la firma del acuerdo SALT II. Brejnev visitó por última vez Hungría hace seis años, con ocasión de la reunión del Partido Comunista húngaro. Entre la estancia del presidente yugoslavo, Tito, que finalizará el próximo día 21, y el viaje a Budapest del secretario general del PCUS, éste recibirá oficialmente al primer ministro hindú, que visitará la próxima semana la URSS. Posteriormente, y hasta el encuentro con Carter, es posible que Brejnev pase unos días de descanso en Crimea.

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