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Más de ochenta mil trabajadores pararon ayer en Valencia

Más de 80.000 trabajadores pararon ayer en Valencia en apoyo de las negociaciones de convenios de los sectores construcción y metal, que se encuentran en punto muerto por la actitud dilatoria, y en muchos casos intransigente, de la patronal. En la jornada de ayer confluyeron el tercer y último día de huelga de la construcción, con los paros en tres de las empresas más significativas del «gran metal»: Ford, Unión Naval de Levante y Macosa. Por tanto, puede considerarse la jornada reivindicativa más importante del panorama laboral valenciano de los últimos meses, cuya muestra más llamativa ha sido la manifestación autorizada, convocada por CCOO y UGT, que tuvo lugar en la tarde de ayer.

En la construcción, el paro fue casi general en un censo laboral superior a los 72.000 trabajadores. La patronal declaró ilegal esta convocatoria por no cumplir determinados requisitos formales, al tiempo que reclamó de la autoridad gubernativa la presencia de la fuerza pública para limitar la actuación de los piquetes. Por su parte, las centrales han manifestado que los empresarios no tienen facultad para declarar ilegal una huelga y han reafirmado la actitud dilatoria de la patronal, que se cierra en falsos problemas de representatividad.El paro de la factoría Ford, de Almusafes, con una plantilla de más de 10.000 trabajadores, ha obtenido un apoyo generalizado, al igual que los paros intermitentes convocados las últimas semanas. Según nota facilitada por la empresa, a la entrada de la factoría se produjeron diversos incidentes por parte de los piquetes «informativos», que dificultaron el acceso de numerosos coches de empleados. Asimismo hizo acto de presencia la Guardia Civil a lo largo de la jornada en las inmediaciones de la factoría. El servicio de mantenimiento acudió a sus puestos de trabajo, lo que, sumado a un amplio número de ejecutivos, dio como resultado la presencia en la factoría de quinientas a mil personas, según fuentes sindicales y empresariales, respectivamente.

Las posturas en la mesa de negociación podrían distenderse en los próximos días para llegar a una fórmula de compromiso, después de que la empresa hubiese señalado su negativa a negociar el calendario laboral, por la constante presión de convocatoria de huelga. Por otro lado, Magistratura ha fallado a favor de los cuatro miembros de la comisión negociadora sancionados con «falta muy grave», como responsables de la asamblea celebrada el pasado 20 de diciembre, por no poderse probar las causas de la sanción.

Por último, ayer también pararon Macosa y Unión Naval de Levante, con una plantilla de 1.500 y 2.999 trabajadores, respectivamente. La patronal de Macosa está manteniendo una actitud de retraso en las negociaciones, a pesar de su buena coyuntura, mientras sobre la mesa de negociación de UNL se proyecta un expediente de regulación de empleo, que afectaría a 249 trabajadores.

En la actuación de las centrales sindicales sobresale la postura de USO, que ha calificado de «demagógica e inútil» la manifestación convocada por las dos centrales mayoritarias «por servir una vez más a aumentar el desencanto de la clase trabajadora». Esta central ha denunciado, asimismo, a CCOO y a UGT por querer negociar en solitario el convenio de construcción, marginando al resto de los sindicatos, aunque sólo cuenten con veintitrés delegados de un total de 1.373.

La manifestación transcurrió al final de la tarde por el habitual trayecto comprendido entre la plaza de San Agustín y Glorieta, con participación de varias decenas de miles de trabajadores. Entre los manifestantes aparecían numerosas pancartas en contra de los topes salariales fijados por el Gobierno de UCD, a favor de medidas contra el paro y reconocimiento de los derechos sindicales.

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