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Antonio Pedrol: "Los colegios profesionales deben defender a la sociedad en su conjunto"

«Los colegios profesionales, entre los que hay que incluir de una manera destacada los de abogados, están evolucionando de tal manera que su misión de defensa de intereses profesionales concretos va desplazándose a un segundo plano ante la necesidad de defender los valores de la sociedad en su conjunto.»Para Antonio Pedrol Rius, presidente del Consejo General de Abogacía y hasta hace poco decano del Colegio de Abogados de Madrid, que ha renunciado a tomar posesión de este último cargo para dar paso a nuevas elecciones a las que de todas maneras se va a presentar, «los profesionales del derecho no tendrán graves dificultades en adaptarse a la nueva situación social que demanda por parte de los abogados asistencia al detenido, asesoramiento fiscal, protección de los derechos humanos, expertos matrimonialistas ante la posibilidad del divorcio».

«A nivel corporativo en estos momentos -añade el señor Pedrol- estamos vivamente interesados por la nueva ley Orgánica de la Justicia y por una nueva ley de Colegios Profesionales. El Consejo General de la Abogacía está estudiando, por su parte, un proyecto de estatuto general de la profesión, por el que podremos reorganizar a fondo el ejercicio profesional a la vez que se podrán abrir nuevos cauces para este ejercicio. Y en este proceso no podremos perder de vista que la actividad de la abogacía española tendrá que hornogeneizarse e integrarse con la de nuestros compañeros de la Comunidad Europea con los que ya estamos trabajando dentro de la Comisión Asesora de los Colegios de aquellos países.»

Algunos medios de comunicación habían especulado con la renuncia de Pedrol a tomar posesión del decanato, renuncia a la que calificaban de maniobra política para asegurarse la candidatura a presidente del Tribunal Constitucional. «Esta interpretación -dice el señor Pedrol- obedece a una absurda suspicacia o a un malintencionado deseo de producir confusiones entre mis compañeros. Deseo morir con las botas puestas, en mi oficio de abogado, y nunca aceptaría un cargo que, como el de presidente del Tribunal de Garantías Constitucionales, me exigiera apartarme del ejercicio profesional. La abogacía es el gran amor de mi vida, y nada, absolutamente nada, me compensaría el abandonarla.»

Antonio Pedrol se presenta a una nueva reelección de decano porque tiene todavía la convicción profunda de que su gestión puede ser decisiva para aunar las diversas tendencias que existen dentro del Colegio y para que de alguna manera pueda seguir manteniéndose la coherencia corporativa de la profesión ante las consecuencias del desarrollo de las autonomías regionales.

«Como creo que una junta de gobierno debe entrar a desempeñar su mandato con la íntima convicción de acceder al cargo habiendo dado a los demás todas las posibilidades de participación.»

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