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Ensayos desaprovechados

Lo triste de los ensayos en el deporte español cuando se hacen, además, en esfuerzos casi insólitos olvidando la eterna improvisación, es que no se culminan. Como si resultara un trámite, una molesta obligación, parecen llevarse las cosas a regañadientes, sin tender a una perfección deseable. Dos ejemplos recientes vienen a corroborarlo una vez más: el lamentable estado en que se encuentra el circuito de footing de la Casa de Campo madrileña y el regusto de inutilidad que ha dejado el Italia-España de fútbol.Respecto al circuito para mantenerse en forma, una idea europea que al fin ha llegado a España, ya cabe pensar que ni se ha hecho debidamente ni parece cuidarse como sería preciso. El Ayuntamiento de Madrid, que lo ha acogido, no puede desentenderse tan alegremente como si ya hubiera cumplido. Sin ir más lejos, en la misma Casa de Campo se deberían dar ya muchas más condiciones para el deporte, que son imposibles por la invasión automovilística habitual. El deporte popular no puede ser el caramelito que contente un rato -y gane supuestos votos oportunistas-, sino algo muy serio y firme ya de una vez.

En cuanto al caso de la selección en Roma ha cansado la cantinela de su falta de experiencia para justificar el mal partido y la derrota. No es así. Si. unos jugadores debutan, o casi, con el equipo nacional es lógico que lo noten. El grave problema reside en si se plantea un partido a no perder y con el mismo miedo que los mayores, al llevar sólo a tres delanteros, los cuales, además, no puedenjugar ni de eso por el empacho defensivo y centrocampístico del fútbol español. Los ejemplos del 4-4-2 son cada vez peores. Es injusto tener un extremo como Argote, encontrado con lupa en la penuria de delanteros existente, y obligarle a buscar -balones en la media en una labor que le pierde. ¿Por qué se hacen las costas tan difíciles y se desaprovechan las oportunidades? Siempre el miedo. Si los clubs no saben ya lo que es el 4-3-3, la selección podía aprenderlo. Cara al Mundial y a ganar partidos «bien» sería lo lógico.

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