Heridas cicatrizadas
«El rey Juan Carlos ha venido a México, entre otras cosas, a cerrar definitivamente las cicatrices de la guerra civil española, según todas las interpretaciones de observadores políticos y medios de Comunicación social.Don Juan Carlos, el primer jefe de Estado de España que visita estas tierras, ha querido aprovechar su estancia en la capital mexicana para hacer una serie de gestos que han contribuido a cicatrizar las heridas que en este país han estado permanentemente abiertas por el gran exilio republicano que tuvo que huir de España tras el triunfo del régimen Militar del generalísimo Franco. ( ... )
Diecinueve meses de relaciones diplomáticas han limado ya muchas asperezas y la presencia del Rey ha terminado por cerrar un largo período de distanciamiento, distanciamiento que el propio López Portillo, un fervoroso hispanista que, a veces, ha tenido que luchar con el sector «indigenista» de su partido, se ha encargado de reducir a costa de muchas incomprensiones.
En el terreno comercial va a ser importante el incremento espectacular de intercambios entre los dos países, especialmente en el terreno petrolífero y en el naval. España puede convertirse, en el transcurso del próximo año, en el segundo país consumidor de petróleo mexicano, con una importación de más de un millón de toneladas, y en el terreno naval hay posibilidades de que haya una notable adquisición de buques proporcionados por astilleros españoles.
Aparte de la firma de numerosos acuerdos sobre extradición, transporte aéreo, uso pacifico de la energía nuclear, obras públicas, oceanografía, asentamientos humanos, etcétera, don Juan Carlos y don José López Portillo han coincidido, según reza el comunicado conjunto, "en que España y México se encuentran en una coyuntura propicia para consolidar una nueva era en sus relaciones".
, 27 noviembre
