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Reapertura del aeropuerto de Santiago

A las ocho horas de hoy quedó nuevamente abierto al tráfico el aeropuerto central de Galicia, situado en Labacolla, a diez kilómetros de Santiago de Compostela. El tráfico aéreo estuvo cerrado clurante veinticuatro días, desde el pasado día 5. Los vuelos regulares quedarán restablecidos con normalidad el domingo.Las obras de fortalecimiento de la pista de aterrizaje costaron alrededor de 170 millones de pesetas. Varias empresas contratadas trabajaron a gran ritmo en el recrecimiento de la pista (fue aumentado en dieciocho centímetros el espesor de su aglomerado asfáltico) para que pueda resistir los aterrizajes de grandes aparatos que, como el Super DC-8, tocan el suelo de Labacolla cón pesos superiores a las 130 toneladas. Durante el período de obras se instaló también una nueva-balización de la pista.

El aeropuerto de Labacolla registra una media diaria de doce entradas, once salidas y más de mil vuelos charter anuales a Palmade Mallorca, Nueva York, Ginebra, Zurich, París y Londres.

Por término medio, cada día en tran o salen del aeropuerto de Santiago 2.000 pasajeros. La capacidad técnica de sus instalaciones está pensada para despachar quinientos pasajeros/hora en tres vuelos cada hora. Unas 160 toneladas de mercancía (especialmente mansco, que sale de Galicia para el consumo , o entra importado de In glaterra y Francia) son facturadas diariamente desde Labacolla.

No dispone, en cambio, de radar, a pesar de que-se trata de un aeropuerto de primera categoría. Según los técnicos, sería necesario, además, que se duplicaran algunos sistemas en ambas cabeceras de la pista.

Para el control de la seguridad aérea, Labacolla no dispone apenas de medio alguno. Está peridiente la instalación de rayos X y los únicos métodos que se aplican para la detección de secuestros son el ojeo y el cacheo, que sólo se realizan esporádicamente. Insuficientes y muy mal atendidos resultan actualmente los servicios comerciales del aeropuerto (cafetería, estanco, quiosco de prensa). Es uno de los peores de España en este sentido.

Durante los días que estuvo cerrado, se puso de manifiesto una sensible falta de sincronización en los servicios. La compañía Iberia apenas se preocupó por resolver la demanda de transporte que habían generado sus propios despachos.

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