El título mundial, entre Andretti y Peterson
Cuando faltan cuatro carreras de las dieciséis que componen el calendario del Campeonato del Mundo de Fórmula I, el título parece quedar reducido sólo a dos hombres. Mario Andretti y Ronnye Peterson, ambos pilotos de Lotus, son los que deberán dirimir el galardón más importante del automovilismo mundial. El prime o de ellos cuenta con nueve puntos de ventaja sobre el segundo, más una cláusula en su contrato que especifica que éste debe dejar siempre ganar a aquél. Pero la suerte y las averías pueden trastocar los planes del equipo.
Cuando, antes de dar comienzo la temporada, el manager del equipo Lotus -y propietario del mismo-, Colin Chapman, fichaba para formar parte de su escuderia al sueco Ronnye Peterson, que debería acompañar a Mario Andretti, la prensa especializada y todos los que componen el circo de la Fórmula I comentaron que, más que un compañero, Peterson sería un rival de Andretti.Aunque nadie pensaba en los primeros días del año que la superioridad de los Lotus sobre el resto de los vehículos iba a ser tan grande como más tarde, cuando apareció el modelo 79, se puso de manifiesto, la calidad de los dos pilotos hacía presagiar que difícilmente uno de ellos se resignaría a ocupar el papel de segundo.
Sin embargo, Colin Chapman, quizá el más grande genio que ha dado el automovilismo a este nivel, ya había previsto esta posible contingencia. Así, en el contrato que se le hizo firmar al sueco Peterson existe una cláusula que especifica claramente que éste nunca debe inquietar a Andretti, y que debe dejarle ganar siempre que ambos estén en carrera en condiciones de conseguir el triunfo.
Peterson, que volvía al equipo Lotus por la puerta falsa tras haber salido del mismo por no poder hacer frente Chapman a su elevado contrato, que tras un par de temporadas de casi nulos éxitos retornaba a la escudería de coches negros teniendo que aportar él mismo parte del dinero, no estaba en condiciones de negarse a dicha cláusula. Más valía entonces la posibilidad de ser segundo que de seguir como estaba, a un paso del retiro forzado. Su sobrenombre de el más rápido de la Fórmula I, su estrella, parecían definitivamente declinar. A sus 34 años el futuro no dejaba muchas opciones.
Sin embargo, tras una rápida adaptación a su nuevo coche, Peterson volvió a demostrar que había que contar con él, que no estaba acabado como algunos podían haber pensado tras sus años de fracaso. De esta forma, prácticamente desde el comienzo de esta temporada, se colocó en segunda posición del campeonato, secundando a su jefe de filas, Andretti. Y como desde la presentación del nuevo modelo, el Lotus 79, en el Gran Premio de Bélgica, la superioridad sobre el resto fue abrumadora -unida a la respuesta de Good-Year al ataque que Michelín le había hecho a comienzos de temporada, sirviendo a los equipos punteros unas, ruedas muy superiores a las francesas que equipan a Ferrari-, la diferencia entre estos pilotos y el resto fue acrecentándose, hasta llegar a la situación actual, en la que todos, salvo ellos dos, parecen descartados.
En las cuatro carrems que restan por disputarse -Holanda, Italia, USA-Este y Canadá-, los Lotus deben seguir dominando a placer. Su estructura Wing-car (ala invertida, o literalmente coche-ala), de diseño mucho más avanzado que el resto de los monoplazas -ahora,algunos, parecen querer seguir los pasos dado, Sapman- da a los Lotus una ventaja suplementaria, a la que se une la indudable calidad de estos dos pilotos. Esto hará que la ventaja se acreciente aún más.
Pero, ¿quién de Rós dos conseguirá el título? En el momento actual, Andretti aventaja a su compañero Peterson en nueve puntos, justo con los que se premia al vencedor de cada carrera. Esto quiere decir que si Andretti no puntúa en la próxima y Petterson gana -y ambas cosas con posible -, los dos pilotos se emparejarían a puntos. Sin embargo, de no sufrir una avería mecánica el coche de Andretti, o si éste no comete un error movido por su afán de victoria a toda costa -éste es uno de los fallos, y, al mismo tiempo, de as cosas más bonitas que posee Andretti, que sale a ganar a toda costa porque para él no hay otro sitio donde terminar las carreras que en primera posición, como ha dicho en multitud de ocasiones-, deberá ser el italonorteamericano el que se imponga.
Además, el contrato de Peterson es terminante. Debe dejar ganar a Andretti, como ya ha tenido que hacer en una de las tres ocasiones en las que han terminado en primera y segunda posición, el doblete de Francia. De no existir esa cláusula, Peterson tendría tres puntos más mientras que Andretti debería restarse los mismos, quedando ambos separados por tres puntos. Sea como fuere, con las mayores posibilidades de Andretti y su ventaja actual, las averías mecánicas pueden privar al americano de un título que ya se había merecido en, la pasada temporada, en beneficio de Peterson, hombre que parecía terminado hace sólo unos meses. La calidad de su monoplaza Lotus 79, le ha devuelto al primer plano, aunque sea terminando en segundo lugar.
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