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Para Kissinger, el eurocomunismo es peligroso

El ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, insistió en sus conocidas tesis sobre el eurocomunismo y el peligro que representa esta corriente para Estados Unidos y el mundo occidental, en un programa de noventa minutos de duración televisado por la cadena nacional NBC y dirigido por el propio Kissinger, como parte de su contrato con esta cadena, por el que cobra un millón de dólares anuales.Paseando por los jardines del palacio de Versalles, el antiguo artífice de la política exterior norteamericana respondió a las preguntas del periodista David Brinkley sobre el movimiento eurocomunista en general y opinó sobre cada uno de los partidos comunistas europeos adscritos a esta línea. Kissinger repitió sus argumentos de que, pese a las declaraciones democráticas, no existe un partido comunista que haya cedido el poder voluntariamente a la oposición y que tampoco existe un partido comunista que funcione democráticamente en su estructura interna.

El Partido Comunista de España fue el primero del que se ocupó Kissinger en su programa televisivo. Durante diez minutos los telespectadores norteamericanos pudieron ver imágenes de la fiesta del PCE en la Casa de Campo de Madrid, una breve entrevista con Santiago Carrillo realizada por un ayudante de Kissinger y a los niños de un colegio cantando La Internacional. El locutor explicó que el maestro que enseñaba La Internacional a sus alumnos era un antiguo sacerdote, miembro del PCE. Kissinger dijo que aunque sólo tiene un 10% de los votos, el PCE posee una gran influencia en la vida política española y que podría jugar un papel importante en el futuro, «aunque confío en que no será así», señaló.

Carrillo fue preguntado por la sinceridad del eurocomunismo y respondió que él podía devolver la pregunta y cuestionar hasta qué punto los principios democráticos plasmados en la Constitución norteamericana se llevan realmente a la práctica en la política de Estados Unidos.

Los cincuenta minutos siguientes ofrecieron imágenes de los dirigentes comunistas de Francia, Italia y Portugal, glosadas esporádicamente por Kissinger, que seguía paseando por los jardines del palacio de Versalles.

Tampoco faltaron imágenes de actos terroristas, especialmente en la RFA, y Kissinger señaló que el terrorismo favorece a los partidos comunistas.

El programa, superficial e incompleto, terminó con la afirmación de Henry Kissinger de que si un partido comunista europeo alcanza el poder, en solitario o en coalición, se dañarán las relaciones de este país con Estados Unidos y la OTAN. «Esto no es un chantaje, sino una simple constatación de los hechos», añadió.

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Curiosamente, el programa de Kissinger sobre el eurocomunismo se emitió un día después de que el Departamento de Estado norteamericano hubiese hecho pública su declaración sobre el eurocomunismo, que coincide en el fondo con las tesis de Henry Kissinger y que ha sido considerada como una injerencia en los asuntos internos de los países europeos por prácticamente la totalidad de la izquierda mundial.

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