Más sobre el derecho a la vida
Quisiera que esta carta sirviera de apoyo a las dos publicadas en EL PAIS el domingo 6 de noviembre en relación al editorial de este periódico escrito como consecuencia de la negativa de unos padres -testigos de Jehová- a la transfusión de sangre a su hija.En efecto, resulta inconcebible el derecho que se arrogan ciertas personas a decidir sobre la vida de un tercero. Los padres sobre la del niño que va a nacer (aborto). Los hijos sobre el viejo que ha dado tantos frutos a la sociedad y al parecer ahora no los da (eutanasia). Los familiares sobre el enfermo que dicen que no tiene esperanza de curación cuando esto es imposible afirmarlo (también eutanasia). O las autoridades ante el culpable de un delito (tortura).
Tenemos (por fin) unas Cortes constituyentes. Su misión es la de elaborar una constitución donde se nos diga a los españoles (por fin) que somos hombres, que tenemos derechos inalienables. Pero si olvidamos en esta constitución el que es más importante y del que derivan los demás (el derecho a la vida), ¿quién nos puede asegurar que en el futuro no vayamos a ser tratados despóticamente por el Poder?