El Gobierno acepta a los comunistas en el "Consell"
«El Gobierno no opondría ningún tipo de veto a la presencia de consellers (ministros del gobierno autónomo) comunistas en el gobierno de la Generalitat de Cataluña que forme Tarradellas al regresar a Barcelona», manifestó ayer a EL PAIS un diputado catalán de UCD. La fuente precisó que ello podría marginar del juego político a los socialistas catalanes, cuyo radicalismo en sus recientes contactos con el Gobierno es evidente.La misma postura, favorable a la presencia comunista en el gobierno autonómico de Cataluña, fue expresada de forma clara por uno de los principales dirigentes de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), partido cuyo secretario general es Jordi Pujol. Esta fuente precisó que si los comunistas se inclinaban de inmediato por el distanciamiento definitivo del actual radicalismo socialista, su partido se comprometería a no figurar en los gobiernos de la Generalitat, si no se daba, al mismo tiempo, una presencia comunista. Frente a esta opción el senador Benet se inclinaría por lograr que socialistas y comunistas establecieran un frente popular común, contra Tarradellas y otras opciones más moderadas.
Por otro lado, fuentes próximas a Josep Tarradellas, también se inclinaron por un compromiso formal acerca de la presencia comunista en el gobierno autónomo de Cataluña. Estas fuentes recordaron que «Tarradellas fue presidente por el parlamento catalán con el voto de los diputados comunistas y en todos los gobiernos que presidió siempre contó con ministros comunistas».
Estas manifestaciones podrían tener la finalidad de marginar definitivamente a los socialistas, único grupo político que mantiene un claro rechazo de los acuerdos logrados con el Gobierno sobre el restablecimiento de la Generalitat. De producirse el aislamiento socialista, no cabe duda que la Asamblea de Parlamentarios catalanes se pronunciará en favor de los acuerdos Tarradellas-Gobierno sobre la Generalitat y esta última sería restablecida por decreto, en fecha breve.
Por otro lado, el proyecto socialista de convocar una manifestación el próximo día 15 de octubre -aniversario del fusilamiento del presidente Companys en el año 1940- ha originado una reacción de profunda preocupación en medios gubernamentales, así como en muy variados medios políticos catalanes. La primera reacción formal provino de Convergencia Democrática, cuyo portavoz oficial desmintió enérgicamente a EL PAIS la información facilitada por la agencia Cifra en el sentido de que su partido apoyaba la manifestación.
Fuentes de la dirección del mismo partido afirmaron que en principio veían infinidad de aspectos negativos en este proyecto, dado a conocer en unos momentos en que el Gobierno ha cedido prácticamente a todas las solicitudes de los parlamentarios catalanes con relación al restablecimiento de la Generalitat. En este sentido, las fuentes confirmaron plenamente la información facilitada ayer por EL PAIS.
Por su lado, fuentes comunistas también se mostraron extremadamente reservadas respecto a la iniciativa socialista y se abstuvieron de formular valoraciones. En cambio, fuentes de UCD, Unió Democrática y Esquerra Republicana, así como medios muy próximos a la presidencia de la Generalitat en el exilio, consideraron que la finalidad podría ser negativa y estar relacionada con el «maximalismo socialista», a menudo interpretado como un deseo de evitar el inmediato restablecimiento de la Generalitat en base a los acuerdos logrados con el Gobierno.
La radicalización socialista podría haber topado ya con lo que el Gobierno consideraría el límite de sus concesiones.
Finalmente, es de señalar que se da como muy probable que el próximo martes o miércoles Tarradellas reciba la visita en su residencia en el centro de Francia, o bien en París, del representante personal de Adolfo Suárez, Salvador Sánchez Terán
