_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los toros y el Ministerio de Cultura y Bienestar

Un espectáculo como el de los toros, que se apoya en una infraestructura de gran volumen, como es la ganadería de bravo, con cuanto comporta de selección, cabezas de reses, dehesas; plazas de fábrica en grandes y pequeñas ciudades e incluso en pueblos de pocos miles de habitantes; miles de profesionales, sumados los de las diversas categorías -matadores de toros, novilleros, subalternos, etcétera-; que mueve, en consecuencia, unas cifras de dinero considerable, y que lleva anualmente a los tendidos entre doce y quince millones de espectadores, debe contar con un organismo que lo ordene, controle y promocione.No parece que el marco adecuado para estos fines sea el Ministerio del Interior, de donde depende. Y sí el de Cultura y Bienestar, de reCiente creación, en el que ya están encuadradas las actividades deportivas. El espectáculo taurino vería limitados sus problemas estructurales y coyunturales, tan acusados, si un organismo exclusivo lo englobara. El Ministerio del Interior controla el espectáculo, pero no lo puede promocionar; vigila el cumplimiento exacto de cuanto está reglamentado, pero nada puede hacer por conservar los muchos valores que tiene la fiesta, ni revalorizarla; todos los problemas técnicos, profesionales, sociales -incluso- que se plantean a los toreros, no tienen acomodo alguno en dicho Departamento; ni esa riqueza que es la casta def toro- de lidia encuentra, en el mismo, marco para su mantenimiento, ni para su mejora; ni siquiera para plantear la cuestión a nivel de simple declaración de propósitos.

Desde el Ministerio de Cultura y Bienestar podría acometerse la reestructuración del espectáculo taurino -que es urgente- en todos sus aspectos. De su dependencia .serían un órgano rector de la fiesta; el colegio de presidentes y asesores que es conveniente crear; los fondos bibliográficos y de imagen, imprescindibles para el mejor conocimiento y evolución del espectáculo; el entendimiento con los diversos estamentos, como son entidades propietarias de plazas, empresas, toreros y peñas y asociaciones taurinas; la promoción de aspirantes, con la lógica creación de cauces para este fin -incluida la Escuela Taurina- y regulación de la alternativa, etcétera.

Quizá sea ésta la ocasión de deslindar, del fenómeno taurino, lo que es orden público -para ello, Ministerio del Interior, como ocurre con los demás espectáculos- y lo que es estrictamente espectáculo con su circunstancia. ¿Por qué el deporte si y los toros no?

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_