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Reunión en Bayona del Gobierno vasco en el exilio

Sin una amnistía total es imposible una auténtica democracia. Esta es la primera conclusión alcanzada por el Gobierno vasco en el exilio después de una reunión ordinaria que tuvo lugar ayer en la delegación de Bayona desde las diez de la mañana hasta las 5.30 de la tarde.

Asistieron todos los integrantes de este gabinete, que es el heredero del Gobierno de Euzkadi constituido en 1936 al amparo del estatuto de autonomía y bajo la presidencia de José Antonio de Aguirre. Sus seis miembros actuales son: el presidente Jesús María de Leizaola y Mikel Isasi, del Partido Nacionalista Vasco, Gonzalo Nárdiz, de Acción Nacionalista Vasca, Juan Iglesias, del comité central socialista de Euzcadi (PSOE), Jesús Ausín, de Izquierda Republicana y Carlos Carranza, de Acción Republicana Democrática de Euzkadi.

Gran parte de la reunión estuvo dedicada a analizar la situación de los presos políticos vascos, cuya puesta en libertad se considera condición inexcusable para la democracia, en la línea del mensaje de fin de año escrito por el señor Leizao Otro de los temas importantes fue la institucionalización de la autonomía vasca, «incluso en el período preconstituyente». En este sentido, parece que tanto el Gobierno vasco como los seis partidos políticos que apoyan la presencia de Julio Jaúregui en la comisión negociadora de la Oposición han insistido en que la autonomía debe constituir una de las condiciones previas al proceso electoral. No sería necesario, probablemente, que se articulase esa autonomía antes de las elecciones, pero sí obtener una especie de pacto con el Poder central.

Respecto a la ley electoral, el gabinete vasco coincide con las demandas que han publicado recientemente estos seis partidos vascos que respaldan al señor Jaúregui: creación de una única circunscripción electoral para las cuatro provincias vascas y que el porcentaje mínimo global no exceda del 2%.

La declaración del Gobierno vasco finaliza con una llamada para que cesen «las agresiones fascistas y las violencias en general contra las personas practicadas con la intención de que no se restablezca la democracia y, con ella, las libertades y los derechos de los vascos».

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