Nuevo incidente entre las dos Alemanias
Provocación o pesquisa de rutina: este es el dilema que se plantea en torno al control ejercitado en las últimas horas por policías populares de la República Democrática Alemana sobre todos los visitantes que han acudido en la última jornada a la representación permanente de la República Federal en Berlín oriental. La Hannoversche Strasse, en la que se encuentran casi vecinas la delegación diplomática de Bonn y la casa del cantante Biermann, privado en noviembre pasado de la nacionalidad germana oriental, se ha convertido en una calle «contestataria». Quizá por esta exclusiva razón o porque hay motivos concretos ocultos, la policía popular ha montado en ella una operación de busca que Bonn ha considerado humillante. Para los occidentales, esta acción significa el paso más decisivo en el regreso a la guerra fría. Para los orientales se trata, sin más, de aplicar una ley de 1963 que autoriza a controlar a quienes visitan sin permiso las representaciones diplomáticas extranjeras en la República Democrática Alemana
La reacción de Bonn ha sido fulminante. Inmediatamente, ha remitido una nota de protesta, considerada por el Senado berlinés occidental como «fulminante y rápida». El incidente se añade a una última serie de conflictos interalemanes que comenzaron en diciembre de 1975 con la expulsión de Berlín del corresponsal de la revista Der Spiegel y siguió con la muerte del camionero italiano Benito Corghi, debida a «exceso de celo» de los policías de frontera orientales.
Esta nueva etapa conflictiva entre las dos repúblicas alemanas coincide con los primeros pasos del ministro federal de Asuntos Exteriores, el liberal Genscher, hacia posiciones duras como consecuencia de la actual crisis dentro de la coalición social-liberal de Bonn.
