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"Halcones" y "palomas" se disputan la Secretaría de Defensa USA

Halcones y palomas revolotean alrededor del presidente electo, Jimmy Carter, disputándose una codiciada presa: la Secretaría de Defensa del próximo Gobierno demócrata, cuyo titular deberá ser anunciado por Carter en breve plazo.Aunque el nombramiento de Harold Brown, candidato de las palomas, se daba como seguro hace una semana, la escalada de los halcones que apoyan a James Schlesinger tuvo cierto efecto sobre Carter, ya que éste optó por atrasar su decisión hasta la semana próxima.

Brown, al que, con bastantes reservas, podría definírsele como paloma, se muestra partidario de llevar adelante las conversaciones de Limitación de Armas Estratégicas (SALT II) con la Unión Soviética. Schlesinger, que ocupó la dirección de la CIA y la propia Secretaría de Defensa con la Administración Nixon-Ford, es un halcón, partidario de la línea dura en las relaciones con la URSS y mantiene una extraña amistad con los dirigentes de China Popular.

En su conferencia de prensa del jueves, Carter desmintió que estuviera sufriendo presiones de cualquier tipo para influir en su elección del ministro de Defensa de su Gabinete. Sin embargo, se sabe que numerosos congresistas y otras personalidades políticas telefonearon al presidente electo, para aconsejarle al respecto.

La polémica sobre quién debe ser el hombre que tenga en sus manos el inmenso potencial bélico estadounidense se extendió a otros sectores del país. Un grupo de científicos demócratas de la Universidad de Harvard iniciaron una campaña anti-Schlesinger, manifestando que difícilmente puede producirse el anunciado aire fresco en política exterior de manos del secretario de Defensa de Nixon.

Por su parte, los halcones, entre los que ocupa lugar destacado el senador Jackson, afirman que Harold Brown es sólo un físico nuclear, que carece de visión política para estar al frente de un Ministerio de tanta importancia. La central sindical AFL-CIO y su presidente, el ultraconservador George Meany, apoyan la candidatura de Schlesinger.

El nombramiento de un ex ministro republicano en su Gobierno no sería, desde luego, muy favorable a la imagen de Jimmy Carter, que basó su campaña electoral en su anuncio de ruptura total con el pasado. Sin embargo, el presidente electo quedó muy impresionado al conocer a Schlesinger, al que pidió asesoramiento para los debates televisados en que se enfrentó a Ford, y al que aparentemente prometió un puesto en su administración.

En el seno del Partido Demócrata, el enfrentamiento entre halcones y palomas alrededor de la Secretaría de Defensa se está convirtiendo ya en algo tradicional. Lo que no hace sino desunir al partido, que atravesaba, tras la nominación y posterior victoria electoral de Carter, por uno de los mejores momentos de su historia.

Lo realmente curioso de la polémica es que las diferencias que separan a los dos candidatos son mínimas. Ni Brown es tan paloma como este sector quiere hacer ver, ni seguramente Schlesinger llevaría el enfrentamiento con la URSS a los extremos que piensan los halcones. Brown fue, de hecho, un halcón hasta el final de la guerra del Vietnam, y, como secretario de la Fuerza Aérea, participó en la decisión de bombardear Vietnam del Norte. Más tarde, se convirtió y pasó a defender posturas más moderadas. Por su parte, Schlesinger ocupó ya el Ministerio de Defensa, sin provocar una catástrofe bélica.

En cualquier caso, la elección de Carter, que se conocerá dentro de unos días, servirá para dar una idea bastante exacta de quiénes, si los halcones o las palomas, tienen mayor influencia sobre el hombre que va a ser presidente de Estados Unidos durante los próximos cuatro años.

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