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Cinco mil manifestantes en Munguía, contra la contaminación por flúor

Unos 5.000 agricultores y ganaderos se manifestaron el domingo en la localidad vizcaína de Munguía para protestar contra la contaminación que padece la comarca a causa de las emisiones de flúor de la empresa Ferro-Enamel, SA. Los daños causados a la cabaña ganadera son importantes, hasta el punto de que al menos trescientas reses han debido ser apartadas por padecer fluorosis, sin que los directivos de la factoría hayan adoptado hasta ahora eficaces medidas correctoras.La marcha de protesta, que había sido autorizada por el Gobierno Civil, dio comienzo a las 12 del mediodía para desembocar antes de la 1 en la plaza del Ayuntamiento. Como expresivo símbolo de los motivos que originaron la manifestación, un carro tirado por dos vacas abría camino a la multitud.

Pancartas y gritos hacían referencia, preferentemente en euskera a la contaminación y al derecho al trabajo. Una vez en el Ayuntamiento se entregó a los alcaldes de la comarca un escrito en el que se les pedía que exigiesen el cumplimiento de las normas legales vigentes para evitar las contaminaciones por gases fluorados.

El alcalde de Munguía declaró que la Delegación de Industria había ordenado a la empresa colocar de forma inmediata unos sensores y que por el momento se había denegado la autorización para ampliar la fábrica. Manifestó, por otro lado, que se van a realizar diversos informes acerca de la situación actual y que si en ellos se revela la existencia de contaminación por flúor, serán clausuradas aquellas secciones que la originen.

El problema de la fluorosis en esta comarca vizcaína se arrastra desde hace al menos un año. Un caso similar de contaminación por flúor en el término santanderino de Onton permitió airear a través de la prensa, los síntomas de esta extraña enfermedad que termina por depauperar a la cabaña vacuna. Casi de forma inmediata se descubrió la existencia de un nuevo foco en Munguía, pero mientras la empresa afrontó sus responsabilidades e indemnizó a los damnificados, no ha ocurrido otro tanto con Ferro-Enamel, SA, que hasta ahora se ha negado a admitir, pese a ciertas evidencias, que la contaminación procediese de sus chimeneas.

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