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Unos 100.000 trabajadores de Madrid pararon en solidaridad con los heridos y sus peticiones

«Existe un alto porcentaje de posibilidades de que sobreviva. El nivel de recuperación que puede alcanzar no se puede determinar aún; hay que esperar a que pasen las horas para ver el desarrollo que siguen las lesiones que pueda haber ocasionado el impacto de la bala», informó a EL PAIS el médico que atiende en la unidad de cuidados intensivos de la residencia sanitaria Primero de Octubre al trabajador de Standard, Alfonso Altafar, herido el pasado día 29 al ser alcanzado por los disparos de la fuerza pública que trataba de impedir una concentración a favor de los despedidos de Vers.

La situación del herido -según la información que -nos fue facilitada telefónicamente por el citado doctor- era ayer estable y se encontraba en estado consciente. Conversó con los médicos que le atienden y con su madre. El herido, contrariamente a algunas informaciones que hablaban de que padecía amnesia, puede recordar perfectamente todo lo ocurrido y en cuanto al cuadro general de sus constantes vitales se encontraba ayer en similar situación a la registrada tras la intervención quirúrgica a la que fue sometido. La citada fuente médica no nos pudo precisar más detalles sobre los posibles daños ocasionados en la cabeza, en cuyo parietal izquierdo, próximo al cuero cabelludo, se localiza el orificio de entrada de la bala. Asimismo, tampoco nos pudo confirmar las noticias que hablan de que el herido está bajo vigilancia policial, la cual impide el acceso hasta él de personas ajenas a su familia.

Solidaridad obrera

Como reacción inmediata tras co.nocerse la noticia del trabajador herido en la frustrada concentración convocada por Coordinación Democrática de Villaverde Bajo, para pedir amnistía laboral para los despedidos de Vers, las empresas ubicadas en aquella zona madrileña celebraron durante la mañana de ayer asambleas, como consecuencia de las cuales fue adoptado en la mayoría de ellas el acuerdo de iniciar un paro como muestra de solidaridad con el herido, de una parte, y con los objetivos que perseguía la concentración ciudadana, de otra.Según medios sindicales oficiales -que califican las causas de los paros como de extralaborales- ayer se produjeron paros de diversa duración en varias empresas del sector del metal madrileño. En Standard -a cuya plantilla pertenece el herido- hubo paro casi general, siempre según las citadas fuentes, en las factorías de Villaverde, Ramírez de Prado y Méndez Alvaro, en la que el herido era enlace sindical. También se produjeron algunas incidencias en los centros de trabajo de la compañía en León, Toledo y Vigo. Por la misma causa, las citadas fuentes informan de paros de corta duración en CASA, Chrysler, Marconi, KeIvinator y Jhon Deere.

Acerca de los paros registrados ayer como respuesta «a la represión ejercida por la policía de una manifestación ciudadana de carácter pacífico» -según medios laborales- se calcula en unos 100.000 los obreros, que de forma solidaria y tras acuerdo adoptado en asambleas celebradas en numerosas empresas del metal de la zona de Villaverde y otras netamente industriales, abandonaron el trabajo.

De forma simultánea a los paros, diversas empresas remitieron cartas y telegramas a las primeras autoridades de la nación, protestando por lo que califican como «contradicción entre las declaraciones gubernamentales y las acciones concretas del aparato represivo al servicio del Estado».

En carta dirigida al Rey, unos 2.500 trabajadores de Marconi muestran «ante SM, nuestra más enérgica repulsa por los citados hechos», y agregan que, como trabajadores, «consideramos que la solución a una situación inadmisible como es la que estamos padeciendo, sólo se puede resolver bajo unas leyes democráticas que permitan de una manera formal y no ficticia la plena libertad de asociación, tanto política como sindical de reunión y de manifestación».

«Nuestro pueblo es amante de la paz, la justicia y la libertad -agrega la carta al Rey- estamos por ellas y las vamos a conseguir. El Gobierno es reponsable de los hechos como los del barrio de Oroquieta, Santurce, Vitoria y tantos otros, y que solamente van a agravar la conflictividad del próximo otoño que vendrá dada como consecuencia de nuestras ansias de libertad y democracia».

En similares términos se expresan las diversas cartas dirigidas durante el día de ayer, unas al Rey y otras al presidente del Gobierno, por los trabajadores de diversas empresas madrileñas. Standard, concretamente, en telegrama dirigido al Rey y al presidente protesta por «la brutal actuación de las fuerzas de orden público» y exige la apertura inmediata de una investigación. Con el mismo fin, numerosos trabajadores de diversas empresas han constituido la denominada comisión de esclarecimiento.

En un comunicado dirigido a la clase trabajadora, la plantilla de Standard, tras invitar a los obreros a sumarse al paro en señal de protesta por «la agresión» recibida por su compañero, solicita una investigación sobre los hechos. El Partido del Trabajo, al que pertenece el señor Altafar, condena en similares términos los hechos en los que resultó herido el trabajador de Standard.

Reacción sindical

En relación con estos incidentes, tanto la Unión Sindical Obrera (USO) como la Unión General de Trabajadores (UGT) difundieron ayer sendos comunicados en los que, en términos de la máxima dureza, condenan los hechos y reclaman la oportuna investigación sobre los mismos.También las asociaciones de vecinos de diversos barrios madrileños (Palomeras Bajas, Palomeras Altas, Palomeras Centro, Huerto, Olivar, Cerro del Tío Pío, Alto Arenal y Sandi), así como los clubs juveniles y demás entidades ciudadanas de estas zonas, en un comunicado publicado ayer denuncian lo ocurrido y exigen que no vuelva a suceder, al tiempo que «pedimos un inmediato esclarecimiento de los sucesos y de las responsabilidades a que hubiera lugar».

Según pudo saber EL PAIS, en medios próximos al herido que se encuentra internado en Primero de Octubre, alrededor de las dos de la tarde fue visitado por su madre, con quien conversó durante cierto tiempo. Poco después, unas 100 personas que esperaban conocer noticias sobre la situación del herido, se concentraron ante el citado centro sanitario, exhibiendo una pancarta en la que -según fuente informante de EL PAIS- se decía: «solidaridad: no más muertes y fuera policía de los hospitales». La concentración fue disuelta por la fuerza pública, que con grandes efectivos prestó vigilancia en las proximidades de la clínica a lo largo de todo el día.

A última hora de la tarde, en una iglesia del barrio de Villaverde, unas 500 personas fueron informadas sobre el estado de Alfonso Altafar, así como de las negociaciones con la dirección de Vers, tras lo cual -según se informó a EL PAIS por uno de los asistentes a la asamblea- salieron del templo con intención de manifestarse por aquella zona.

Finalmente, en medios próximos al otro trabajador que también resultara herido durante los sucesos del pasado día 29 se ha podido determinar que se trata de Manuel Ramos Cerdá, obrero de Ratcliffe y representante de Villaverde en la provincial del Metal de Comisiones Obreras. Según esta fuente, el señor Ramos Cerdá recibió un disparo en un brazo.

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