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Tribuna:LA LIDIA
Tribuna
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Ante la reforma del reglamento

Posiblemente a finales de temporada estará preparado el nuevo reglamento taurino, que tendrá plena vigencia en 1977. Hay varias comisiones estudiando la reforma del articulado.Siempre hemos sostenido que lo mejor que podía hacerse con el reglamento, el actual, es cumplirlo a rajatabla. Por otra parte, nos dan miedo las reformas pues la experiencia dice que las modificaciones, por lo general y en cuanto se refiere en concreto a la lidia, abren resquicios por donde ésta se desvirtúa, en detrimento de la seriedad y sobre todo de la calidad del toreo.

Sin embargo, quizá la reforma sea necesaria en algunos puntos. Posiblemente el fundamental esté en relación con el toro y sus garantías de integridad. Hay una realidad; ciertas reses de determinadas ganaderías con casta reconocida y contrastada dan en algunas corridas un juego aburrido, como mortecino; se diría que la casta les desapareció por arte de brujería. De ahí nació, años hace, un rumor: a muchos toros los drogan. Es fácil drogar a un toro: el narcótico puede administrársele disuelto en el agua que le dan a beber o por inyección, cuya técnica ideal es la de pistola. Lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que se haga. Pero el público, y pienso que también los ganaderos, necesitan una garantía, que es posible ofrecerla en un espectáculo que mueve millones, y esa garantía se alcanzará si el nuevo reglamento establece la obligatoriedad de que se haga el análisis de las vísceras del toro estoqueado.

A los ganaderos se les atribuye la responsabilidad del afeitado, para ellos son las sanciones en caso de fraude, pero es cierto que desde que embarcan la corrida pierden el control sobre las reses y más aún en el período que media entre el apartado y el momento en que el toro salta a la arena. El nuevo reglamento debería, por tanto, arbitrar los medios para que los intereses del ganadero estén plenamente defendidos durante ese período, quizá con la presencia del mayoral o autoridad concretamente designada en la puerta de chiqueros. También el rumor -otra vez el rumor- dice que ciertos retoques, ciertas tropelías, se producen durante las seis horas que el toro permanece teóricamente enchiquerado, y hay quien asegura que vio un toro escobillado durante el apartado y luego ese mismo toro salió al ruedo limpio de pitón, y sucesos por el estilo.

El reglamento, tenemos entendido, lo estudian aquellos a quienes más les afecta -ganaderos, matadores, empresarios, autoridad, etc-, pero no cabe duda de que les afecta también a los aficionados y éstos deberían tener asimismo un hueco en la elaboración del texto, o cuando menos cumplida información de cómo se está haciendo, para poder opinar.

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