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Fernando Alonso gana de nuevo las 24 horas de Le Mans

Un pinchazo del monoplaza que iba líder a falta de una hora para la conclusión de la prueba provoca un vuelco en la carrera

Fernando Alonso celebra su triunfo en las 24 horas de Le Mans.
Fernando Alonso celebra su triunfo en las 24 horas de Le Mans.David Vincent (AP)
Oriol Puigdemont

Por más que el cabreo por no poder correr en Indianápolis difícilmente se le pasará a corto o medio plazo, la corona de campeón del mundo de resistencia que Fernando Alonso se encasquetó este domingo en Le Mans seguramente tendrá un efecto balsámico. Para el asturiano, el Mundial de Resistencia (WEC, en sus siglas en inglés) era la vía que le iba a permitir adjudicarse las míticas 24 Horas (algo que ya ha logrado dos veces con esta última), uno de los tres pilares sobre los que se sustenta la Triple Corona, el próximo de sus objetivos. Este galardón reconoce a quien es capaz de imponerse en al menos una edición del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, en Le Mans y en las 500 Millas de Indianápolis, algo que hasta el momento solo ha sido capaz de conseguir Graham Hill. El español ya ha salido ganador de los toboganes que caracolean por Montecarlo y en dos ocasiones del circuito de La Sarthe, pero el tercer obstáculo, el del óvalo más famoso del mundo, se le está comenzando a atravesar más de lo que él había imaginado.

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Después de una primera tentativa en 2017 en la que se quedó a pocos metros de pelear por la victoria, Alonso pasó hace menos de un mes por una de las situaciones más embarazosas de su trayectoria como profesional al quedar eliminado en la selección previa a las 500 Millas. McLaren, con quien sigue asociado a pesar de sus últimas decepciones en F1, infravaloró el desafío que suponía poner a punto un coche completamente distinto de los que habitualmente toca la escudería británica, circunstancia que terminó erigiéndose como un obstáculo infranqueable. La coyuntura en la que el ovetense afrontó el reto de Indianápolis es diametralmente distinta de la que le acompaña en el WEC, donde su equipo, Toyota, corre prácticamente solo después de la desbandada de marcas que ha tenido lugar en los últimos años.

El constructor japonés ha vencido todas las pruebas del certamen excepto una (las 6 Horas de Silverstone), en la que los comisarios le arrebataron el doblete al detectar una irregularidad técnica en sus dos bólidos. Alonso y sus compañeros (el suizo Sébastien Buemi y el japonés Kazuki Nakajima), se han impuesto en las dos citas en Le Mans, en las dos de las 6 Horas de Spa y en las 1000 Millas de Sebring. El cojín de puntos sobre el único vehículo con opciones reales de plantar batalla, el segundo Toyota, colocó al prototipo número 7 en la disposición para celebrar el alirón en el legendario circuito de La Sarthe, donde simplemente debía terminar entre los siete primeros. Finalmente, el trío del bicampeón del mundo con Renault (2005 y 2006) lo hizo a lo grande, gracias al pinchazo que sufrió el otro Toyota cuando lideraba la prueba a una hora para que cayera la bandera de cuadros.

“Fue nuestro día de suerte. Más tarde deberíamos jugar a la lotería, porque un pinchazo a última hora nos regala una victoria que quizás no merecimos”, convino Alonso, que recordó que el objetivo prioritario era ser campeón del mundo. “Esta carrera es una montaña rusa de emociones, a veces te encuentras dos minutos por detrás y otras, dos minutos por delante”.

El asturiano ya suma su primer título fuera de la F1 en su primera temporada fuera de su hábitat, aunque no olvida sinsabores pasados. “He perdido varios Mundiales de Fórmula 1 por mala suerte y hoy la he tenido buena”, señaló el español, recordando los campeonatos de Fórmula 1 que se le escaparon en las últimas carreras de 2007, 2010 y 2012.

El Asturiano se subió al coche tres tandas y completó un total de 133 vueltas durante un tiempo exacto de siete horas, 51 minutos y 17 segundos. Al acabar la carrera dejó claro que el curso que viene no disputará el Mundial de Resistencia. “Vendré, pero igual de espectador o, si hay una buena oferta, de comentarista”, bromeó Alonso, que se centrará en otros retos (¿el Dakar?) que a día de hoy son solo especulaciones.

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