Zarpazo de Vettel; desesperación de Alonso en el GP de Bahréin
El alemán logra su segunda victoria del curso en Sakhir, donde el asturiano rompe el segundo motor en dos días
El campeonato del mundo de Fórmula 1 arrancó en Melbourne con una inesperada machada de Sebastian Vettel, que revitalizó a una hinchada adormecida por los tres últimas temporadas de incontestable dominio de Mercedes, con tres dobletes logrados por Lewis Hamilton (2014 y 2015) y Nico Rosberg (2016). Aquel indicativo confirmaba la buena pinta que demostró tener el Ferrari a lo largo de la pretemporada celebrada en Montmeló, en la que el SF70H se repartió el protagonismo con las Flechas de Plata. Completadas ya las tres primeras paradas del calendario, ya nadie puede poner en duda el sobresaliente trabajo llevado a cabo por la Scuderia el pasado invierno.
En Maranello aprovecharon el reblandecimiento de la normativa técnica para afilar su coche hasta convertirlo en una auténtica daga que este domingo en Bahréin le permitió a Vettel dar su segundo zarpazo. El triunfo del alemán en el circuito de Sakhir le permite deshacer el empate que había en lo alto de la tabla de puntos de la Fórmula 1 y colocarse de nuevo como líder en solitario del certamen. La segunda plaza fue para el británico, que tuvo que hacer frente a una infinidad de condicionantes que le complicaron bastante la vida, mientras que el tercer escalón del podio la ocupó finalmente Valtteri Bottas, completamente fuera de foco.
El finlandés se adjudicó el sábado la primera ‘pole position’ de su trayectoria, la mejor manera de recuperarse anímicamente del patinazo del fin de semana anterior, en China, donde cometió un error de novato al sufrir un patinazo mientras trataba de mantener alta la temperatura de sus neumáticos. De nuevo las gomas volvieron a jugarle una mala pasada el nórdico, que las pasó canutas por culpa de haber hinchado demasiado los compuestos traseros de su W08. Fernando Alonso abandonó a falta de dos vueltas (rodaba el 14º) por otro problema en el motor de su McLaren.
También abandonó Carlos Sainz, que fue arrollado por Lance Stroll (vuelta 13) en la primera curva, cuando el madrileño se reincorporó a la pista una vez realizada su primera visita a los talleres.
Si el Mundial de MotoGP está dispuesto para un duelo entre Marc Márquez y Maverick Viñales que todavía no ha ofrecido ni siquiera su primer asalto, el combate que mantienen Hamilton y Vettel ya lleva tres, y todo apunta a que este toma y daca se prolongará hasta finales de noviembre. El tricampeón de Tewin (Gran Bretaña) llevaba tiempo reclamando competencia de alguien que no compitiera enfundado en un mono como el suyo, y a esa llamada acude nada menos que un tetracampeón convertido en punta de lanza de Ferrari. Dos tipos completamente opuestos, tanto por su comportamiento detrás de un volante como por la vida que llevan fuera de las carreras. Hamilton es una estrella del rock capaz de sacarse de la manga los adelantamientos más inverosímiles; alguien que puede sobreponerse a una sanción de cinco segundos y recuperarle a su vecino de garaje uno y medio a cada giro, hasta arrancarle las pegatinas (vuelta 47) y consolidar una de las segundas posiciones más trabajadas de su vida.
Vettel, por su parte, es un caimán que no perdona, un tipo con cara de niño pero con colmillos afilados como agujas y maquinaria suiza en la cabeza. Ahora, además, circula impulsado por los estrategas del equipo italiano, que todo hay que decirlo parecen otros: en Bahréin leyeron perfectamente la prueba y llamaron al corredor de Heppenheim antes que a nadie (vuelta 11), una maniobra con la que cimentó la 44ª victoria de su hoja de servicios.
Alonso: “El coche menos potente de mi vida”
Desde que regresó a McLaren en 2015, la desesperación de Alonso se retransmite a través de la radio. El asturiano se vio obligado a cambiar el propulsor de su monoplaza la noche del sábado, y todo parece indicar que el reventón del motor Honda volvió a ser la causa de su retirada el domingo. “Nunca en mi vida había conducido un coche menos potente”, lamentó el bicampeón con Renault (2005 y 2006), que debe estar contando los días hasta que el 28 de mayo dispute las 500 Millas de Indianápolis, donde se refugiará de la pesadilla en la que vive metido en la F-1.
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