Reyes desata la fiesta del Espanyol
Un golazo del jugador andaluz sella ante el Betis una remontada en tres minutos
Hay duelos a los que le sobran minutos, un largo tiempo de juego en el que no pasa absolutamente nada. Pero nada. Como ayer entre el Espanyol y el Betis. El cuadro de Quique Sánchez Flores y el de Sánchez del Amo parecían condenados a anularse en el campo y a aburrir a la hinchada. Sin embargo, el fútbol tiene esos caprichos, impulsado por los jugadores distintos, como José Antonio Reyes, que apareció en la agonía del duelo para firmar un gol precioso, homenaje a su calidad que no se quiere oxidar. La afición no lo podía creer. No está acostumbrada a este tipo de gestas. El gol de 9 sirvió para dar vuelta el marcador. Nadie creía en la remontada. Salvo Reyes, claro.
A la modorra del Betis la despertó, primero Sánchez del Amo con los cambios y después el árbitro, cuando pitó un penalti que solo él vio. Rubén Castro mandó el balón a la red. Ni el Betis ni el Espanyol habían hecho nada, pero los méritos no existen, menos para un goleador de insaciable como Castro. Fue entonces cuando, con el tablero en contra, Sánchez Flores se acordó de que el partido se jugaba en casa. La remontada que cerró Reyes, la abrió Javi Fuego, presente de nuevo en un once bastante amarrategui.
Operado con éxito Óscar Duarte, Sánchez Flores recuperó a la pareja de centrales más fiable de su grupo: David López y Diego Reyes. Ni la vuelta al once de Víctor Sánchez movió del lateral derecho Javi López, que esta semana firmó su nuevo vínculo con el club hasta 2019. Protegida la zaga, el ataque quedó en el olvido. Táctica calcada a la de Víctor Sánchez del Amo, que desde que llegó al Betis se aferró a una línea de cinco defensas. Y, cuando nadie quiere atacar, las porterías sobran en los campos.
Diego López y Adán estaban en el olvido. Cuando no aparece Dani Ceballos, el Betis es insulso en ataque. Al Espanyol le pasa algo parecido, pero con el vértigo de Piatti y las apariciones de Jurado. Pero el argentino andaba con el freno de mano puesto y el exvolante del Atlético estaba apagado. Obligado por ofrecerle a su afición una mínima alegría, Sánchez Flores fue el primero en agitar al banquillo: adentro la experiencia de Reyes.Contestó Sánchez del Amo con Joaquín. Y cuando parecía que nadie iba a mover el marcador, Sanabria cayó en el área y el árbitro señaló penalti por una supuesta falta de Javi Fuego. Castro firmó el 0-1. Tuvo un arrebato de rabia el Espanyol. Tres minutos. Suficientes. Fuego tuvo una especie de revancha. Al pivote le quedó un balón suelto en el área y soltó un disparó fuerte, que rechazó Adán cuando la pelota ya estaba dentro. La hinchada blanquiazul ni se había terminado de acomodar en las gradas, cuando apareció Reyes. Gloria a la bota izquierda del 9, para sellar una remontada, que no quiere despojar al Espanyol de sus sueños de Europa.
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