El Villarreal de siempre sobrepasa a Osasuna
El conjunto de Escribá supera con eficacia a un rival sometido en el juego y en las áreas
Con las mismas señas de identidad que le han distinguido en las últimas temporadas, elegante por momentos, hermético cuando lo requiere, eficaz siempre, el Villarreal alcanzó la victoria ante Osasuna de manera natural evidenciando en El Madrigal las diferencias entre ambos equipos, superior el conjunto amarillo a los navarros en lo fino y en lo grueso, en la creación con un Trigueros excelso en este inicio de temporada, dominando las áreas. En la de Asenjo por méritos propios y demérito de un Osasuna sin gol; en la ajena por la movilidad de sus jugadores de ataque, con Castillejo de agitador, certeros en el remate Sansone y Pato. Un triunfo conseguido en un primer acto solvente.
Tras el tormentoso verano vivido por el Villarreal y la posterior decepción, que no fracaso, de no entrar en la Champions, el statu quo ha vuelto a El Madrigal. Con la serenidad de Fran Escribá en la dirección, el Villarreal sigue siendo el mismo, ubicado ya en la parte alta de la clasificación, imbatido tras seis jornadas, al igual que el Madrid y Atlético.
A Osasuna se le vino el mundo encima muy pronto, en una acción de descoordinación defensiva, aprovechada finalmente por Pato de cabeza, asistido por Castillejo tras anular a la defensa rojilla Trigueros con un pase picado hacia el malagueño. Corría el minuto cuatro y el conjunto amarillo ya aventajaba al equipo navarro en el marcador, también en el juego, de amarillo en el inicio.
Necesitado de dar un paso al frente, respondió pronto Osasuna con una doble ocasión, desperdiciadas ambas por Rivière, la primera de ellas clarísima, enviando el esférico alto encontrándose sin oposición el francés dentro del área castellonense, en la segunda oportunidad tampoco localizó la portería tras una salida desesperada de Asenjo fuera del área. No aprovechó su momento Osasuna y lo pagó caro.
El despertar del equipo de Enrique Martín fue efímero, confiado el Villarreal en exceso en su hacer defensivo y en su superior pegada. Razones tiene el grupo de Escribá que dobló la ventaja tras un desmarque de ruptura de Pato cuyo centro, tras despejar en corto la defensa rojilla, cayó a los pies de Roberto Soriano derribado por Mario tras comerse el sustituto de Nauzet en la portería navarra el amago con clase del italiano cuando se disponía a marcar. El penalti lo lanzó con maestría, una vez más, Bruno, especialista desde los 11 metros el capitán amarillo.
Gestionando el Villarreal el juego en función del resultado, Osasuna, sin mostrarse en el área de Asenjo, no daba abasto para contener la fluidez amarilla, pragmático y dulce el equipo de Escribá en el juego de entrelíneas, alcanzando el tercer gol el Villarreal antes del descanso, con Castillejo de protagonista, atendiendo la verticalidad de Sansone, marcando el italiano tras salvar la salida de Mario picando el esférico. Cuarto gol del exdelantero del Sassuolo. Con muestras de rendición, Osasuna se vio dentro del partido en el descuento del primer acto, tras una jugada individual de Sergio León derribado por Álvaro dentro del área amarilla. La pena máxima la trasformó con tranquilidad Roberto Torres.
Tras el descanso, debutaba en la portería rojilla Álvaro Fernández, con problemas musculares Mario. Gastó Enrique Martín pronto todas sus balas, con la entrada también de Jaime y Olavide. Destensado el Villarreal, creció Osasuna con más intención que destreza, protegiéndose el conjunto castellonense a través del balón con la entrada de Jonathan dos Santos, sin poder de respuesta los navarros, derrotados por el Villarreal de siempre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.