El Madrid resbala en la rutina
Los de Laso caen ante el voluntarioso Blusens (61-64) en vísperas de su decisivo duelo ante el Maccabi en la Euroliga
Con las piernas en Madrid, la mente en Tel Aviv y el alma en Londres, el líder de la Liga Endesa fue incapaz de gestionar la engorrosa visita del Blusens al Palacio entre la pereza de un trámite burocrático y el rodaje ante la misión europea ante el Maccabi que el martes les puede llevar a la Final Four por segunda vez en los últimos 16 años. A pesar de la notable aportación de Rudy, Mirotic y Carroll, los blancos no lograron vencer la galbana, firmaron su peor anotación del curso y acabaron cediendo su cuarta derrota del campeonato ante el voluntarismo del meritorio conjunto gallego.
Con el propósito de sumarles a la causa, Laso dio carrete en el quinteto inicial a las tres piezas menos engrasadas de su engranaje: el enigmático Draper, el inédito Darden y el disperso Hettsheimeir. Y no le fue mal al Madrid, más que por la modesta aportación del trío –que dispuso de los primeros 10 minutos al completo sin rotaciones-, porque Rudy ejerció de lubricante jugando y haciendo jugar a los suyos desde el salto inicial. Un parcial de 18-8 liderado por los nueve puntos, dos recuperaciones y dos asistencias del escolta mallorquín sentó las bases de una solvente puesta en escena del líder.
Real Madrid, 61, Blusens, 64
Real Madrid (19+10+12+20): Draper (6), Rudy (14), Mirotic (12), Hettsheimeir (6) y Darden -quinteto inicial-, Suárez, Rodríguez, Slaughter, Reyes (4), Begic (2), Llull (4) y Carroll (13).
Blusens Monbus (10+15+13+26): Rodríguez, Pumprla, Dewar (14), Kendall (6) y Mejri (5) -quinteto inicial-, Hummel (19), Junyent, Corbacho (9), Buford (6) y Luz (5).
Árbitros: Juan C. Arteaga, C. Sánchez Monserrat y Pedro Munar. Eliminado por cinco faltas Kendall (min.38).
Incidencias: Partido correspondiente a la 29A jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes de Madrid ante 6.946 espectadores.
Se enfrentaban dos conjuntos con un marcado carácter gremial del juego y un acusado sentido del espectáculo. El gallego es primero en el capítulo de asistencias y tercero en el de mates y el Madrid tercero y primero en esas mismas parcelas. Sin embargo, los de Moncho Fernández arrancaron timoratos y erráticos. Con Corbacho desenfocado –tres puntos al descanso, nueve al final- y Mejri hecho un flan –con 0 de 4 en el tiro y un rebote en defensa y dos tapones como único bagaje en los primeros 20 minutos-, fue Dewar el que dio un paso al frente capeando desde el perímetro el efervescente comienzo de los blancos (27-13, m. 14). El pívot tunecino, de 26 años y 2,17m, se presentó en el Palacio con los nervios y el lenguaje corporal de un opositor primerizo. Más allá de su evidente poder de intimidación, el sólido rumor de su contratación por el Madrid para la próxima temporada le condenó al balbuceo durante gran parte del encuentro a pesar de la cariñosa tutela de su técnico.
Todo iba rodado para los de Laso, pero sus chicos volvieron a dispersarse. Bajaron la concentración y la tensión defensiva y los blancos lo pagaron con un parcial de 2-13 en el tramo final del segundo cuarto que puso en el mapa del partido al Blusens justo antes de marcharse a los vestuarios (29-25, m. 20). Kendall se hizo dueño del rebote y anunció batalla. Entre el pívot de Vancouver y su compañero Buford atajaron la notable productividad de Mirotic y agarraron al conjunto gallego al partido (40-38, m. 29). El Madrid ya no volvió a encontrar el paso en toda la mañana, ni siquiera bajo el timón de Sergio Rodríguez. Perdieron los blancos la batalla bajo los tableros a pesar de los cuatro rebotes de Felipe Reyes que le permitieron superar a Carlos Jiménez y quedarse como el segundo mejor de la historia de la Liga sólo superado por el mítico pívot norteamericano Granger Hall.
Con la primera ventaja del Blusens (43-44, m. 32), Laso rescató a Rudy para recomponer la figura de su equipo, pero ya era tarde. Al mismo tiempo se destapó Hummel. 10 puntos consecutivos del ala-pívot estadounidense permitieron a los de Moncho López aguantar el pulso hasta el tramo final (56-57, m. 38). Ni siquiera la aparición de Carroll pudo con el espíritu del cuadro gallego. Dos tiros libres de Luz a falta de nueve segundos para el final colocaron al Blusens a las puertas del sueño (61-62) y otros dos de Hummel abocaron al Madrid a la heroica. Rudy anotó el triple que hubiera forzado la prórroga, pero tras verlo repetido los árbitros consideraron que lo hizo fuera del tiempo. El Miudiño, himno oficioso del Obradoiro retumbó en el Palacio. El Blusens completaba el pleno de triunfos a domicilio en las pistas de los tres equipos de Euroliga: Barça, Caja Laboral, Unicaja y Madrid.Tocaba otra fiesta gallega.
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