Vicky gana ‘MasterChef 2’

La mallorquina Vicky es la ganadora de la segunda edición de MasterChef España. La concursante vehemente y contestona, resultó hábil en los fogones y en el cambio de tercio hacia la vía sofisticada. Si en las 14 entregas y 40 retos del programa declaró no entender la alta cocina y le sacaban de quicio técnicas vanguardistas, se marcó un entrante de espárragos con esferificaciones de alcaparra; un plato principal de raya con un rulo de mantequilla de tomate y arroz negro con algas y al i oli con flor de ajo, la misma que le puso al panettone en la semifinal ("la flor de la discordia", recordó Jordi Cruz), y de postre, un helado de aguacate con piña y bolas de queso forradas de arena de pistachos y sésamo.

"Decías 'Lo fino ni lo controlo' y resulta que es alta cocina en estado puro", le dijo Pepe Rodríguez Rey (encargado de anunciarle su triunfo) casi al borde de la reverencia. "Ganar 'MasterChef' demuestra que los sueños se pueden hacer realidad y si confías en ti misma puedes", declaró la ganadora, abrazada y con amor y admiración por su madre y por su novio (a quién no veía ni besaba desde "hacía meses", cosas de la convivencia a modo de internado de los concursantes). Vicky ya tiene incentivos para sus proyectos de cocina con los 100.000 euros del premio, su bocado de fama mediática con la publicación de un libro y entrenamiento profesional con un curso de altura en Le Cordon Bleu.

MasterChef - Vicky se convierte en la ganadora de MasterChef 2

El triunfo de Vicky estaba cantado. Por la mayoría de sus compañeros del concurso de talentos culinarios de TVE 1, por quienes en las redes sociales mostraban sus sospechas de resultado 'precocinado' en la producción del programa y por los telespectadores que en los primeros minutos de la final de 'MasterChef 2' intuyeron que quizá no era casual que la carnicera de 31 años que quiere montar su propio restaurante hubiera decidido hacer un postre de helado de aguacate emulando una creación de Jordi Roca que vió en un libro. El mejor pastelero del mundo (según 50 Best) era quien iba a juzgar con su hermano Joan los platos de los dos contendientes, Vicky y el más joven del concurso, Mateo, un estudiante de Huesca de 20 años inspirado en la cocina de su abuela. Ni el preciso plato de crema de borrajas con berberechos ni la becada con polenta ni el postre de rosquillas con la receta de la bisabuela lograron conquistar los paladares de los jueces televisivos. Vicky les sedujo más.

El jurado, con cara de pocos amigos e intimidatorios sin compasión a lo largo del concurso, se mostró en la final en plan corderito. Ni Jordi Cruz ni Pepe Rodríguez Rey ni Samantha Vallejo-Nágera se atrevieron a contradecir a los invitados de lujo, Joan y Jordi Roca, quienes tampoco hicieron gala de dureza. A Vicky le señalaron un defecto de "arquitectura" en el plato del arroz negro y falta de sal en los espárragos, pero en general les dieron sus bendiciones. Ella no se cortó al pedirles opinión: "¿Está bueno? ¡Jurameló!", le espetó a Jordi Roca sobre el postre que le había versionado y este, sin dejar de sonreír, le insistía "Está bueno, está muy bueno".

A Mateo igualmente le alabaron los Roca. Reconocieron su trabajo de "reflejar los sabores familiares, de la memoria", con sus rosquillas de anís (receta de la bisabuela) y helado de albahaca. Y admiraron su atrevimiento al cocinar "algo tan difícil como una becada". "La salsa y la construcción del plato" estaban bien, pero,ay, tenía la carne un exceso de cocción. "Un sacrilegio", para un Jordi Cruz empeñado en su papel de malo de la película.

"Vicky, Mateo, muchas gracias por estos manjares. Es muy difícil la decisión", avisaba el jurado antes de su medio minuto de deliberación, con las familias de los finalistas y los participantes del concurso expectantes en el plató. ¿Realmente fue difícil?