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Que me devuelvan mi 'Homeland'

Natalia Marcos

¿Qué le ha pasado a Homeland? Los nuevos capítulos han generado un preocupante clima de desconcierto entre sus seguidores. Vistos los cuatro primeros capítulos de la nueva entrega (ayer Fox emitió el cuarto; en Cuatro solo se han visto los dos primeros) son muchas las dudas y las preguntas que surgen sobre el futuro de la serie. ¿Ha dado todo lo que podía dar de sí? ¿Va cuesta abajo? ¿Todavía hay esperanza para Homeland?

Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Hagamos memoria. La primera temporada enganchó por el misterio que rodeaba a Brody. Un misterio bien contado. ¿Héroe o traidor? ¿Se había pasado al bando enemigo? ¿Tendría razón esa rubia con ataques de locura? ¿Nos podíamos fiar del pelirrojo lleno de cicatrices por el cuerpo? La segunda entrega decidió pisar el acelerador, dando a los espectadores una buena dosis de adrenalina cada semana y regalando grandes momentos (ese capítulo 5, Q&A, fantástico), antes de transformar a sus protagonistas en unos Romeo y Julieta post-11S.

Y así llegamos a la tercera temporada. Ahora nos encontramos con las consecuencias de una explosión que dejó a la CIA tocada y a Brody convertido en el enemigo público número uno. Los dos primeros capítulos se centraron precisamente en la situación tras el atentado. Saul ejerciendo como mando más alto de la agencia y Carrie más inestable que nunca. Más gestos imposibles con la cara de esos que se le dan tan bien a Claire Danes y Carrie sometiéndose a durísimas terapias médicas. Enferma, alejada del hombre al que ama y con la traición de su amigo y mentor a cuestas. O eso es lo que pensábamos que estábamos viendo. A pesar de que esos episodios no enganchaban hasta el punto de hacernos necesaria otra dosis inmediata de Homeland (como sí ocurría en la temporada pasada), la curiosidad todavía motivaba: ¿por dónde van a tirar? ¿Va a tener Saul más protagonismo (por fin)?

"Pero que vuelva Brody ya", pedía yo. Y volvió en el tercer capítulo, como habían adelantado los responsables de la serie. Tras pasar aventuras varias (que el propio Damian Lewis narra en un audiolibro gratuito, encontramos al exmarine en Caracas. En un capítulo atípico en la serie (y bastante aburrido) centrado prácticamente en su totalidad en Brody, los guionistas nos cuentan que el personaje está ahora encerrado en ese rascacielos de favelas que es la Torre de David y enganchado a la heroína. Poco más. Dos capítulos esperando a que volviera Brody para esto.

Cuarto episodio. Y llega el "gran" descubrimiento: Carrie y Saul han estado trabajando juntos desde el principio. Ahora toca dar marcha atrás sobre todo lo que hemos visto y pensar en ello desde una nueva perspectiva, la que ofrece este giro de guion/truco que se han sacado de la manga. El sufrimiento por el que vemos pasar a Carrie en el hospital. El tratamiento al que se somete. Todo era parte de un plan.

¿Genialidad o fraude? Los espectadores y la crítica se dividen entre los que lo ven como un giro sorprendente y alentador que abre nuevas perspectivas en los capítulos que vienen, y los que piensan que ha sido una argucia tramposa. Yo, sencillamente, sentí que me habían timado.

Alex Gansa, uno de los creadores y showrunner de la serie, ha explicado que la tercera temporada la concibieron dividida en tres partes de cuatro capítulos cada uno, y que ahora llega una nueva etapa en la que la serie pisará el acelerador. ¿Pero podremos volver a confiar en Homeland? ¿Será verdad lo que nos cuenten o todo habrá sido un sueño? ¿Cómo encaja Brody en todo esto?

Todavía surgen más preguntas: ¿tiene sentido que Homeland siga estirándose mucho más en estas circunstancias (Showtime ya ha confirmado que habrá cuarta temporada)? Quizá debía haber terminado hace unos cuantos capítulos. Por otra parte, los responsables de la serie aseguran que podría seguir adelante sin alguno de sus protagonistas. ¿De verdad lo creen? La combinación explosiva que son Carrie y Brody juntos, su química en la pantalla, fue uno de los pilares básicos de la segunda temporada. ¿Puede permitirse Homeland tenerlos separados mucho tiempo más? ¿Qué papel va a jugar Jessica y la familia Brody? Y, sobre todo, ¿la hija de Brody dejará de ser tan cansina?

Muchas dudas. Algunas seguro que tendrán respuesta en breve: unas nos dejarán satisfechos, otras no. Por nuestro bien y por el de la serie, lo mejor es pensar que a partir de ahora la historia se reconducirá, que todavía hay esperanza para Homeland. Pero lo visto hasta ahora de la cuarta temporada no invita al optimismo. Con el final del cuarto capítulo parece que los guionistas se hubieran quedado sin ideas y hubiesen recurrido a la sorpresa fácil. Los que defendíamos la segunda temporada nos estamos quedando sin argumentos.

Tras lanzar muchas preguntas, por cuya respuesta todavía tendremos que esperar, aquí unas cuantas peticiones: quiero volver a sentir la adrenalina corriendo por mis venas cuando veo un capítulo de Homeland. Quiero volver a desear que llegue la semana siguiente para ver otro episodio más. Quiero que me devuelvan mi Homeland.

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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