'The IT crowd': ¿Ha probado a apagarlo y encenderlo de nuevo?
Los informáticos es una serie modesta que ha funcionado muy bien con guiones simples pero efectivos y tres protagonistas con los que cualquiera se puede sentir identificado. Moss (Richard Ayoade) es el friki, un tanto retraído, que algunos tenemos dentro, lleno de referencias a la ciencia ficción, al último cacharro electrónico, videojuegos o juegos de mesa. Roy (Chris O'Dowd, con su fantástico acento irlandés para el que la pueda disfrutar en versión original), tiene ese punto de dejadez, despiste y holgazanería que a veces nos intenta corroer cuando estamos trabajando (bueno, realmente es un vago y un dejado). Y Jen (Katherine Parkinson, con esa voz y ese tono tan particular), es esa trabajadora a la que nada se le da bien pero que es capaz de hacerse pasar por lo que sea, un rol al que alguna vez nos hemos visto abocados por necesidad, aunque ella no deja de ser un desastre andante.
Este capítulo especial, El último byte (también conocido como Internet is coming), es un gran homenaje a los 24 episodios anteriores. No ofrece nada especial, tan solo 47 minutos de lo que ya conocíamos, una comedia bien hecha. No intenta ir más allá ni exagerar su humor ni crear un momento extremadamente memorable, tan solo es la propina y autohomenaje que su creador, Graham Linehan (creador entre otras de Father Ted), ha ofrecido a sus fans en agradecimiento por su apoyo incondicional.
Y por supuesto este cierre incluye un broche para dos personajes secundarios: Douglas Reynholm, el director de Industrias Reynholm, obsesionado en este capítulo por aparecer en el programa Millonario Secreto (de Channel 4 también, un programa en el que un millonario deja sus lujos una temporada y bajo el más absoluto anonimato recorre áreas necesitadas ayudando a gente). Por supuesto, no pasa desapercibido. Y por otro lado, Raymond, Richmond, el gótico (excesivamente tierno para ser siniestro) que vive en el sótano.
Con Los informáticos han apagado y encendido el equipo otra vez (esta famosa frase tan parodiada y usada en todas las oficinas la volvemos a oir de boca de Roy en este último capítulo). Ha vuelto a funcionar, pero ya no la veremos más, excepto cuando la bajemos de la estantería para recuperarla más adelante. Y lo haremos. Por nuestro bien. Cada capítulo (bueno, siempre hay alguno más flojo) serán 24 minutos bien empleados.
Y no nos olvidamos de la estupenda intro:
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