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JOSÉ LUIS MARTÍNEZ-ALMEIDA Candidato del PP a la alcaldia de Madrid

“Soy profundamente ideológico”

El candidato del PP asegura que su partido ha tragado con discursos de la izquierda que no debería haber aceptado

Jesús Ruiz Mantilla
El candidato del PP al Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez Almeida.
El candidato del PP al Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez Almeida.álvaro garcía

Un cartel con tiempo de descuento en su despacho transparente y acristalado del Ayuntamiento, en la calle Mayor. Dos camisetas del Atlético dobladas en las estanterías. Dos chaquetas colgadas en el perchero: una formal, la otra, más casual. Varias corbatas, también: “No me gusta llevarlas, pero me obligan estos…”. Estos son los de comunicación de su equipo como candidato a la alcaldía de Madrid por el PP.

Pregunta. Dice usted que Carmena reina, más que gobernar. Eso puede ser un halago en alguien que tiene seis apellidos como los suyos. ¿Me los recita?

Respuesta. Martínez-Almeida Navascues León y Castillo Cobián Nacarino Sánchez-Ocaña… La verdad es que twitter es jodidillo pero hay veces que la gente tiene mucho talento y cuando Esperanza Aguirre presentó la lista en 2015, algunos dijeron que tanto apellido compuesto no iba a caber en la papeleta.

P. No los usará todos. ¿Cuáles ha puesto en el carnet?

R. Martínez-Almeida Navascues. Y en términos políticos, Almeida.

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P. Sus apellidos, ¿podrían ser un resumen de la Historia de España?

R. Hombre, no diría tanto. Me suena un poco pretencioso. Reflejan cierta parte. Una rama de tradición funcionarial, que yo en parte he seguido. Otra, más de tradición empresarial. Por ejemplo, mi abuelo materno, José Luis Navascues Ruiz de Velasco, era dueño de los estudios Chamartín de cine. Produjo Marcelino pan y vino. Tenemos un Oso de Berlín en casa, se lo quedó mi madre. Y rama política también hubo.

P. Usted no verá mucho ese trofeo, porque más que hogareño es de despachos.

R. Muy poco. Además, hace dos meses murió mi madre, vivíamos en el mismo edificio, yo justo encima, y me da mucha pena.

P. ¿Cómo lleva ese duelo en plena campaña?

R. Me ha venido bien esta situación, pero es muy complicado. Tengo poco tiempo para pensar, sí para sentir, para qué negarlo.

P. De madre, pasemos a la madrina política: Esperanza Aguirre. ¿Consulta con ella?

R. Debo decir que temas políticos, no. Como tenemos una buena relación personal, se podría mezclar.

P. ¿Fue junto a ella cuando hizo amistad con Pablo Casado?

R. No, después, a partir de que me hacen portavoz en 2017.

P. ¿Qué cree que ve Casado en usted para nombrarle candidato?

R. Yo creo que alguien sólido en su labor de oposición. En el sentido de que entre Manuela Carmena y Begoña Villacís había que sacar la cabeza, mantener la moral del grupo con la que había caído, en esta legislatura nada fácil. Él vio que yo daba la cara.

P. Arriesgado, más cuando usted ha pisado poca calle y mucho despacho.

R. En estos dos años no he dejado de estar en la calle, lo puedo asegurar. He pateado todo Madrid. Era la única manera. Yo era un tipo ignoto, desconocido. Pero debíamos demostrar que el PP no estaba muerto con una oposición dura y frontal.

P. Antes apenas conocía la ciudad. ¿Le sorprendió al salir?

R. Cuando uno vive aquí, permanece en una cierta burbuja. Ya descubrí la región cuando me ocupé del Patrimonio en la Comunidad, pasé de los despachos a descubrir personas. En estos tres años he descubierto una ciudad compleja, variada y distinta. Pero a pesar de ser enorme, me asombra que se mantenga el sabor de los barrios.

P. ¿Cierto casticismo en positivo?

R. Eso, yo vivo en una zona muy funcional: la de Capitán Haya, un poco fría. Si vas a Latina, Carabanchel, Chamberí…

P. O a Lavapiés, ¿le da miedo?

R. No, hombre. Tampoco Malasaña, donde no sé si somos los más populares, en todas ellas se conserva una identidad propia, es lo que me llama la atención.

P. ¿Y lo que no le gusta?

R. Hay que buscar el reequilibrio como concepto, entre norte y sur. Que se aproximen las opciones. Aunque desde el Gobierno hemos invertido millones y millones en el sur, persiste cierto estigma. Existen fronteras mentales. Es preciso eliminarlas.

P. ¿Cómo se las arregla con la cantidad de casos de corrupción que llevan encima para dar la cara? ¿El que resiste gana?

R. Hay que darla por tus ideas. Es cierto que han sido lamentables los términos en que se han producido esos casos. Pero también que en 25 años de gestión hemos transformado la Comunidad de Madrid. Yo soy profundamente ideológico y quiero debatir de planteamientos, proyectos, alternativas.

P. En lo ideológico, ¿se refiere al famoso sin complejos? ¿Cuáles son? ¿Por qué aceptan ustedes que padecen complejos?

R. Creo que hemos tragado en ocasiones determinados discursos de la izquierda que no teníamos por qué aceptar. Me molesta esa superioridad que se arrogan en batallas y estigmatiza a quienes no las comparten. Por ejemplo, me alegro mucho de no haber ido a la manifestación del feminismo, sencillamente por el comunicado que esgrimieron. Eso no quiere decir que si dentro del PP hay gente que estuviera de acuerdo en acudir me parece bien porque también digo una cosa: en nuestro partido, o somos amplios, o no nos convertimos en hegemónicos. Debemos ser una fuerza de centro derecha liberal moderna abierta a distintas sensibilidades. Eso no lo veo en Vox ni en Ciudadanos.

P. ¿Más complejos?

R. Memoria histórica, ecologismo: me molesta que me consideren antiecológico si quiero eliminar Madrid Central cuando veo otras alternativas. También laicidad y laicismo confundidos con aconfesionalidad…

P. ¿Cada cuanto va a misa?

R. Voy todos los domingos y fiestas de guardar.

P. Cuando va a la Iglesia, ¿qué homilía le gusta oír? ¿Tipo Rouco o Papa Francisco?

R. Yo diría que tipo Juan Pablo II, algo más didáctica, no tan densas como las de Ratzinger, por ejemplo. El actual Papa puede situarse entre ambos: con su vertiente intelectual y práctica.

P. Y tan católico como es usted, ¿persiste en su soltería a conciencia? ¿Ha perdido demasiado tiempo entre papeles?

R. No he encontrado la persona adecuada. No soy un tipo solitario. Tengo vida social, me gusta estar con gente. No se ha dado la situación. He tenido relaciones, por supuesto, me he enamorado varias veces, pero no se ha dado. La vida en pareja es suficientemente complicada como para tomarla en serio. A lo mejor, a veces, eso me ha pesado. Muchas veces me puede mi lado racional sobre el sentimental, quizás eso influya.

P. Como que le cuesta decir te quiero.

R. No es sencillo para mí…

P. ¿Se considera raro?

R. Para vivir, no. Pero en la época de opositor, sí te conviertes en algo maniático. Por ejemplo, tengo un bote, de determinado color con todos los lápices que gasté subrayando en la oposición. O debía empezar a estudiar a las ocho, si me retrasaba tres minutos, ya no me sentía cómodo.

P. ¿No teme la soledad?

R. En el fondo sí, aunque hasta ahora no lo haya querido reconocer. Desde que faltan mis padres, cada vez más. Y eso pesa.

De abogado del Estado a candidato

José Luis Martínez-Almeida (Madrid, 1975). Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid tras la dimisión de Esperanza Aguirre en 2017.
Se licenció en Derecho en la Universidad Pontificia de Comillas ICAI-ICADE y ganó oposiciones como abogado del Estado. Entró en política en 2007. Director general de Patrimonio de la Comunidad hasta 2011. Formó parte del consejo ejecutivo regional como secretario general del Gobierno entre 2011 y 2013, tanto con Esperanza Aguirre como con Ignacio González en la presidencia.

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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