La cúpula de bomberos que dimitió había pedido aumento de sueldo y de categoría
Los dimisionarios tachan de "demagógica" la versión del Consistorio y mantienen que se ha debido a la aplicación de 35 horas en el cuerpo
La Dirección General de Emergencias pidió en 2018 un cambio en la estructura y un incremento de sueldo para la cúpula de los bomberos. Esta modificación no suponía ningún beneficio en el día a día del servicio, según fuentes municipales. Eso sí, implicaba un gasto anual de unos 160.000 euros al año. Los 12 mandos que dimitieron la semana pasada afirman que ellos no propusieron esa subida y que esos cambios también se daban en otras áreas de la Concejalía de Seguridad.
La propuesta de aumento partió el pasado 10 de octubre del anterior director general de Emergencias, José Ignacio Becerril Polo, e incluía la creación de dos nuevos puestos de nivel 29 (la Administración tiene un nivel máximo de 30), con un sueldo anual superior cada uno a los 100.000 euros. A ello se unía que se amortizaban algunos puestos de mando actuales, mientras se formalizaban otros con mayor nivel y con un complemento específico superior. Los responsables de la Concejalía de Seguridad entendieron entonces que ese cambio en la cúpula no estaba justificado por las necesidades del servicio. Además, suponía 160.000 euros para el Ayuntamiento al año. “Se beneficiaba a un grupo muy reducido de personas”, afirman fuentes municipales.
La iniciativa se estudió con el entonces jefe de bomberos, Eugenio Amores, y con los oficiales del cuerpo. Los mandos la rechazaron al entender que la propuesta no estaba justificada y que ofrecía una solución que no resultaba congruente, según fuentes municipales. Estas mantienen que este grupo de personas empezó a presionar a la jefatura del cuerpo. La situación llegó a tal punto que Amores renunció a su puesto, tras 11 años en el cargo.
Se nombró de forma provisional a Juan José García, con la intención de “hacer una transición en el cuerpo”, según las citadas fuentes. También se le pidió que se buscaran alternativas menos lesivas para el cuerpo.
La estabilidad de este periodo se vio rota por la aprobación en la mesa general de las 35 horas semanales para todos los empleados del Ayuntamiento de Madrid. El concejal de Seguridad, Javier Barbero, ordenó a Ignacio Becerril que las implemente en Samur y en bomberos, pese a que ambos (junto con la Policía Municipal) cuentan con un serio déficit de plantilla.
“Mensajes falsos”
Según fuentes municipales, el director de seguridad y el jefe de bomberos condicionaron la puesta en marcha de las 35 horas a la reestructuración del cuerpo que planteaba ese pequeño grupo de oficiales. “Hubo mensajes falsos a la plantilla para intoxicar el clima laboral y buscar su confusión. A ello se unieron intereses personales para afianzar posiciones de poder dentro de la cúpula de bomberos y en otros para mejorar su situación económica” mantienen las fuentes citadas.
Ante estos hechos, la Concejalía de Seguridad cesó a los responsables y nombró a Enrique López Ventura como nuevo director de Emergencias y a Rafael Ferrándiz como jefe de bomberos. “El resto de mandos presentó su dimisión como cúpula sin obedecer a los intereses del cuerpo o de la ciudad. Trascienden su papel de funcionarios convirtiéndose en agentes políticos”, censuran las fuentes.
El portavoz del grupo de mandos dimisionarios, Rubén Gallego, calificó de “demagógico y sin ni pies ni cabeza” el relato de las causas que llevaron a la dimisión de la cúpula de bomberos. “Esta petición de modificación compete en exclusiva al director general de Emergencias y se recoge no solo para bomberos, sino también para Samur y para el personal informático y administrativo”, mantiene Gallego. Este recuerda que la estructura del cuerpo data de 1963 y que todas las decisiones tienen que pasar por la jefatura. De esta forma, se crea “un cuello de botella” que retrasa la gestión. “La carga de trabajo es inasumible y lo que se pretendía era aumentar los puestos hacia arriba para acabar con ese embudo. En definitiva, se dividía el trabajo entre más gente”, añade el portavoz de los dimisionarios.
“La intención es difamar contra nosotros todo lo que pueden, porque desde el punto de vista técnico no se nos ha dicho que no en ningún momento”, resume Gallego.
“El cese fue por la aplicación de las 35 horas”
El exjefe de bomberos de Madrid, Juan José García, cree que su cese estuvo motivado por la aplicación de las 35 horas en el cuerpo y de las consecuencias que tendría esa medida. Entre ellas, un 10% menos de efectivos disponibles cada día en los parques, con el consiguiente riesgo para la población.
García rechaza que se opusiera a su implantación tras haber sido rechazada la nueva estructura de mando. "El dinero que suponía era despreciable en un presupuesto tan grande como el del Ayuntamiento de Madrid. Con los cambios, nos modernizábamos, porque somos muy pocos en gestión. El día a día nos impide hacer más planificación", asegura el exjefe. "Lo urgente no nos deja ver lo importante", resume.
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