La hijas de Muñoz Ramonet proponen una ‘tregua’
Las cuatro hermanas piden al Ayuntamiento que disuelva su fundación y se integre en una que han creado y controlan ellas
Triple salto mortal con tirabuzón en la guerra por la herencia que Julio Muñoz Ramonet dejó a Barcelona en 1991 entre el Ayuntamiento y las cuatro hijas del industrial. Después de 25 años de su fallecimiento, de tres sentencias, una del 2012 del Tribunal Supremo que aseguraba que Barcelona es la propietaria de la colección de arte, con casi mil obras de grandes artistas; las hermanas Carmen, Isabel, Helena y Alejandra Muñoz Villalonga y uno de los nietos, Manuel Castelo, aseguran que la Fundación Julio Muñoz Ramonet que impulsa el Ayuntamiento y que hace 17 años pelea en los juzgados contra ellos por el legado, no cumple con la voluntad del testador Julio Muñoz. Por eso, el pasado 26 de mayo han impulsado la creación de otra fundación, la Fundación Privada Casa Julio Muñoz Ramonet, de la que los cinco familiares son patronos. Como muestra de buena voluntad y para superar la judicialización del asunto, invitan al Ayuntamiento a incorporarse con dos patronos y a la Generalitat, con uno. Pero la tregua que proponen tiene un precio: El Ayuntamiento tendrá que disolver antes la fundación municipal y transferir todos sus bienes a la nueva entidad.
La fundación de las hermanas Muñoz, explican en un borrador de convenio que han enviado al consistorio, “intentará” que las obras que estaban en la calle Muntaner y “las que hoy por hoy sean propiedad de familiares del testador, puedan ser expuestas en el edificio, buscando la cesión en forma de préstamo, depósito o cualquiera otra forma” se expongan en el palacete. Reconociendo, de forma implícita, que tienen obras en su poder del legado, algo que han negado hasta ahora.
Además, Ayuntamiento, fundación municipal, antes de su disolución, y las cuatro hermanas, “desistirán” en un plazo máximo de un mes de toda acción judicial, civil o penal, contra la otra parte. El convenio estipula que Ayuntamiento y hermanas emitirán un comunicado o explicarán en una rueda de prensa sus acuerdos “comprometiéndose a evitar los reproches en relación con los acontecimientos anteriores a la firma del convenio”.
El Ayuntamiento no está por la labor de enterrar las armas. Eudald Vendrell, abogado de la fundación municipal, asegura que “ni la nueva fundación ni quien la ha constituido tienen legitimación para cumplir la voluntad del difunto. Es otra manifestación de su demostrada actitud de defraudar el testamento de su padre”.
Pero lo más sorprendente de esta iniciativa es la persona que promueve la nueva fundación, que no es otro que el notario suizo Romano Kuns, uno de los albaceas testamentarios —el otro era el abogado barcelonés Enrique Granados Jarque—. Kuns ha dirigido una carta a la alcaldesa Ada Colau en la que asegura que la intención de la nueva fundación y el convenio de colaboración es acabar con la actual conflictividad y pide que se facilite un interlocutor municipal.
En el último de los 11 testamentos que hizo Muñoz Ramonet dejaba (además del legado a Barcelona) otro formado por la colección de unas mil miniaturas a la ciudad suiza de Chur que el notario Kuns debía velar para que se realizara. Y así lo hizo en un principio, por lo que las hijas, —que impugnaron la validez de la última voluntad de su padre—, acabaron quitándole los poderes. En marzo de 1993, en una carta que dio a conocer EL PAÍS en agosto de 2014, acusaban a Kuns de lanzar “gratuitas informaciones con respeto a propiedades inmobiliarias de D. Julio y colecciones pictóricas en España fantasiosas”; le reprochaban que “antes de velar por los intereses de las hijas y herederas, parece que todo su interés es para el Cantón y Barcelona”; le acusaban de actuar con “negligencia profesional”, “de forma temeraria”, “mala fe manifiesta” y de forma “perjudicial en una herencia que en definitiva, es de muy poca importancia en España [según algunos cálculos ascendió a más de 120 millones de euros de 1991] e irrelevante en Suiza”. Tras recordarle que solo tiene jurisdicción en Suiza ya que para los asuntos españoles ya había otro albacea, le pidieron abstenerse de intervenir en cualquier forma en la herencia y, sobre todo, con respecto a los bienes sitos en España, algo que con el paso de los años ha dejado de tener importancia.
Patronato o patrocinio
Al final, Kunz renunció de su cargo como albacea a cambio de cobrar 230.000 francos suizos; pasando de defender la validez del testamento y declarar lo contrario. Por eso, alegó, no había informado a Barcelona de su legado.
Jos Prado, abogado barcelonés de las hermanas Muñoz que ha desenterrado al notario Kunz, asegura, además, “que se ha hecho una lectura errónea del testamento en lo que respeta al legado para Barcelona, ya que se ha traducido que la fundación se haría bajo el 'patronato' de la ciudad, cuando el término alemán hace referencia a 'patrocinio', bien diferente”. “La declaración jurada que se ha utilizado siempre es la que presentaron las hijas para la aceptación de herencia de su padre y en ella pone patronato", remacha Vendrell.
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