La CUP rechaza de nuevo las cuentas pese a las cesiones de Puigdemont
El president se abre a incluir en las cuentas impuestos suspendidos por el TC pero la CUP pide medidas más rupturistas
El Gobierno catalán y la CUP fracasaron ayer en su intento de desbloquear el proyecto de Presupuestos. Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se reunieron de nuevo en el Parlament con una delegación de la CUP para lograr que levante su veto a las cuentas. Bajo la premisa de que no retirará su proyecto, el president incorporó al documento una mayor agenda social y cierto desafío al Tribunal Constitucional al rescatar tributos anulados o suspendidos. La CUP sostiene que son unas cuentas “autonomistas” y, salvo sorpresas, no prosperarán.
Los puntos de acuerdo y desacuerdo
PUNTOS DE ACUERDO: incluir tributos suspendidos y más gasto social
Inclusión de impuestos suspendidos. El Gobierno propone crear una disposición adicional para incorporar tributos anulados por el TC (el que grava los depósitos bancarios y la energía nuclear) y los suspendidos (el que afecta a los operadores de telecos y a los pisos vacíos).
Medidas sociales. El Ejecutivo ofrece más recursos par ampliar el plan de choque. Amplía la partida para la Ley de la Dependencia (20 millones), se bonifica más a los parados que utilizan el transporte público, se amplía el fondo a la pobreza energética y se complementan las aportaciones públicas para guarderías.
Sanidad. Junts pel Sí restringe la posibilidad de que empresas privadas utilicen dependencias públicas, reabrirá todo el día dos centros médicos en La Guineueta (Barcelona) y Montcada i Reixac y paraliza proyectos y convenios de relación con la iniciativa privada a demanda de la CUP.
Aigües Ter-Llobregat. Se trata de una aproximación, pero el Gobierno abre la puerta a que, en caso de que el Tribunal Supremo anule la privatización, se estudie la posibilidad de que la compañía vuelva a tener gestión pública.
DIFERENCIAS INSALVABLES: BCN World y cambios en los grandes impuestos
Incumplimiento límite de déficit. Es una de la medidas continuamente demandada por la CUP y reiteradamente rechazada por Junts pel Sí. Los anticapitalistas llegan a proponer incluir ingresos ficticios en los Presupuestos. La mayor aproximación se basa en la modificación de la Ley catalana de Estabilidad Presupuestaria.
Tributos. Los cambios de los impuestos del IRPF, Sucesiones y Patrimonios propuestas por la CUP parecen, a priori, inasumibles por Convergència.
Auditoría ciudadana del déficit y consulta. Los anticapitalistas exigen una "auditoría ciudadana" y un referéndum a la griega este año para decidir si se han de aplicar quitas para aflorar recursos y destinarlos a gasto social.
BCN World. Es uno de los puntos que siempre ha estado en todas las negociaciones. La CUP pide la paralización definitiva del proyecto.
Reducción de salarios de altos cargos. La CUP exige homogeneizar a la baja las nóminas más altas tanto en la Generalitat como en sus empresas públicas. El documento del Ejecutivo solo se refiere a mayor transparencia en ese campo.
Las posiciones son inamovibles y todo apunta a que el miércoles el Pleno del Parlament tumbará el proyecto confeccionado por el Departamento de Economía. Junts pel Sí acogió con resignado fastidio el nuevo “no” de la CUP pese a su esfuerzo por alcanzar un consenso. La situación está enconada porque el Gobierno no piensa retirar el plan y los anticapitalistas desean otro. Junts pel Sí interpreta que el debate trasciende a una cuestión numérica y que tiene un fondo político para acelerar el proceso independentista. El Gobierno avisa que, con ese pulso, pueden quedarse en el camino una inversión de 1.200 millones de euros en políticas sociales. “Solo sumando podremos culminar la hoja de ruta para celebrar unas elecciones constituyentes”, avisó la coalición de Gobierno.
Tras una reunión por la mañana con la cúpula de Junts pel Sí, Puigdemont y Junqueras se citaron con una delegación de la CUP formada por cuatro diputados (Anna Gabriel, Eulàlia Reguant, Joan Garriga y Pilar Castillejos) y dos miembros del Secretariado nacional (Xavi Generó y Tomàs Sayes). Economía trasladó a los anticapitalistas un documento de cinco folios de modificación de partidas. No fue gratuito que el primer apartado fuera un guiño a la CUP para recuperar el impuesto sobre los depósitos bancarios o el de energía nuclear anulados por el Tribunal Constitucional y mantener la previsión de los presupuestos de los tributos sobre los pisos vacíos, ahora suspendidos. Paralelamente, el Gobierno aceptaría desplegar la parte suspendida de la ley de la pobreza energética. La parte social incorpora 20 nuevos millones a la Ley de la Dependencia; 60 a las guarderías o reaperturas de CAPs. Otra de las medidas estrella es recuperar la gestión pública de Aigües Ter-Llobregat, ya aprobada por el Parlament en contra de Junts pel Sí.
Las medidas intensifican la apuesta social pero eso no es suficiente para la CUP. En una primera valoración, Anna Gabriel recordó que la militancia había pedido “otro proyecto” y reiteró que su objetivo eran unas cuentas, no solo más sociales, sino que demostraran que no tienen “miedo” al Estado y que se encaminen a la independencia. “No hay cambios en la globalidad y no plantean una conflictividad en esta legislatura excepcional”, señaló. La CUP plantea como irrenunciable unas cuentas “libres de Montoro” que desobedezcan el objetivo de déficit (0,7%). Y sugiere, entre otras, la fórmula que la CUP dice que Mas-Colell “ha hecho los últimos años”: incorporar partidas “ficticias” para adecuarse al techo aunque sepan que no se cumplirá. Otro de sus objetivos rechazados es renunciar a Barcelona Wold; un referéndum sobre el pago de la deuda; aumentar el IRPF a las rentas altas; modificar sucesiones y donaciones.
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