La policía desarticula una red internacional de tráfico de heroína
Detenidas 35 personas e incautados 83,7 kilos de droga de una red con tentáculos en Madrid, Guinea-Bissau y Pakistán
Seis meses de investigaciones de los Mossos d'Esquadra mano a mano con la Policía Nacional y la Guardia Civil han desembocado en el golpe más importante de la última década contra el tráfico de heroína en España. La operación, que arrancó en El Vendrell (Tarragona) y que ha sido detallada hoy durante una rueda de prensa en Reus, ha permitido detener a 35 integrantes de una activa red de narcotraficantes y decomisar 83,7 kilos de heroína. Según fuentes policiales, la droga incautada tendría un valor de seis millones de euros una vez puesta en el mercado negro. De hecho, los traficantes, 25 de los cuales ya están en prisión por orden del juez, tenían en la heroína su principal fuente de negocio a pesar de que también operaban con cocaína y se les ha incautado un alijo de más de un kilo, y marihuana.
La que fue bautizada como "Operación Enxaneta" ha descabezado una red de narcotráfico que actuaba en Catalunya pero que tenía ramificaciones desde Madrid a Guinea-Bissau y Pakistán. Un rutinario seguimiento por parte de los Mossos d'Esquadra de los trapicheos que se realizaban en el humilde barrio de Pisos Planes, en El Vendrell, fue el punto de partida, en abril pasado, de la que ha terminado deviniendo una intrincada operación policial. Los Mossos destaparon un punto de venta de heroína y cocaína que, presuntamente, estaba activo 24 horas al día y siete días a la semana. Lo regentaban dos individuos de nacionalidad española y un cómplice, de nacionalidad portuguesa.
Tirando del hilo, y actuando en colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil, los investigadores dieron con la persona que, desde Barcelona, hacía de enlace entre los vendedores de El Vendrell y los proveedores de Guinea-Bissau, en la zona de Cabo Verde, en el oeste del continente africano. Unos narcos, los africanos, que según las diligencias abastecían de heroína a varios traficantes de Cataluña y de Europa.
De hecho, cuenta la policía que uno de los capos de la organización es un hombre guineano, residente en Madrid, y que presuntamente domina varias redes de distribución de cocaína y heroína hacía distintos países europeos. La droga, de gran pureza, venía directamente desde Pakistán y la banda se encargaba de moverla por suelo europeo.
Paralelamente, en agosto la Guardia Civil recibe una notificación del Servicio de Seguridad de Ucrania donde se avisa de la interceptación de una partida de 71,5 kilos de heroína en el puerto de Odessa (Ucrania). La droga iba oculta entre tablones de madera, procedía de Pakistán y tenía por destino un polígono industrial de Cubelles (Garraf). Los investigadores deciden dejar que el envío siga su camino pero cambian la droga por arena. José Ángel Giró, jefe de la policía judicial de la Guardia Civil, indica que "fue una cadena inversa, ya que una parte de la investigación se inició en el punto de venta del consumidor final en El Vendrell, y la de la Guardia Civil, desde el punto de envío".
El seguimiento se saldó con la interceptación de la carga el 27 de agosto y la detención de cinco hombres y una mujer, de nacionalidades húngara, pakistaní y española. Más tarde también se practicarían detenciones en Barcelona, Badalona y en el barrio de Sant Cosme de El Prat de Llobregat. A medida que los agentes avanzaban en las pesquisas, las diligencias iban generando gran cantidad de información sobre los canales que sigue la heroína. El último hachazo policial para secar el tráfico se dio a primeros de octubre en Madrid. Un ciudadano de nacionalidad turca, que cuenta con numerosos antecedentes en su país, coordinaba tres grupos criminales encabezados por personas rumanas, búlgaras y guineanas. Los distribuidores de Madrid y los de Barcelona "eran dos organizaciones distintas, pero estaban en contacto" y el "punto de confluencia fue El Vendrell", ha precisado la policía.
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