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Mas avisa a la CUP que si no le apoya “el proceso encallará”

“Estamos legitimados para construir la república catalana”, asegura el líder de CDC

Foto: atlas | Vídeo: Massimiliano Minocri
Miquel Noguer

El discurso de investidura de Artur Mas quedó eclipsado ayer por la aprobación de la resolución secesionista. El presidente en funciones llegó al Parlament sin los apoyos necesarios para repetir y advirtió a los diputados de la CUP, de quien depende su investidura, de que “el proceso [de independencia] encallará” si no le dan su apoyo. Mas aseguró que tiene la “legitimidad para construir la república catalana” pese a que el secesionismo se quedó en el 47,8% de los votos el 27-S.

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Mas apeló constantemente a la resolución soberanista en un intento de demostrar a la CUP que su apuesta por la independencia es absoluta y para intentar convencer de que todos los pasos que da están legitimados por los resultados electorales. Junts pel Sí y la CUP, los partidos claramente independentistas, no consiguieron la mayoría absoluta de los votos en los pasados comicios autonómicos: se quedaron en el 47,8%, pese a que sí lograron la mayoría absoluta en escaños. Mas recurrió de nuevo al argumento de dividir en dos el bloque (52% de los votos) que rechazaba su plan: el no a la independencia (PSC, PP y Ciudadanos) se quedó, dijo Mas, en el 39%; el resto corresponde a Catalunya Sí que es Pot y a Unió, a los que el president sí contabilizaba en el bloque del no durante la campaña electoral pero ahora engloba en el del “no sabe”.

Con este ejercicio Mas intentó convencer a la Cámara de que la victoria independentista es inapelable. “Estamos legitimados para construir la república catalana”, concluyó. Dicho esto, su discurso se dividió en dos grandes bloques. El primero fueron mensajes al Gobierno central y a los partidos nacionales, a quienes volvió a retar a organizar un referéndum sobre la independencia. “Si de lo que se trata es de saber si [la independencia] pasa del 50% de los votos, entonces solo hay un camino: un referéndum puro como en Escocia o Quebec”, afirmó.

Cuando el ‘president’ se negaba a fracturar a la sociedad catalana

Declaraciones de Artur Mas en los años previos al inicio del proceso independentista:

Diciembre de 2011 (Entrevista en TV3). "El pacto fiscal es el gran tema de la transición nacional, el gran tema de derecho a decidir, el gran tema de país, que además tiene un consenso interno —no desgraciadamente en la política catalana pero sí en la sociedad catalana—, un consenso extraordinario. Este es el camino. ¿O qué vamos a hacer, un planteamiento a corto plazo que, además de todos los problemas que tenemos en Cataluña, nos partiese el país en dos [...]? ¿Vamos a ese escenario? ¿Cómo tiramos el país adelante en esas condiciones?".

Noviembre de 2010 (TVE, Tengo una pregunta para usted). ¿Qué votaría en un referéndum de independencia? "Yo personalmente, como Artur Mas, votaría que sí. Ahora bien, yo vengo aquí como candidato. Yo como presidente de CiU no provocaré en Cataluña un proceso rápido que yo sepa que divide al país por la mitad: una mitad a favor del proceso y otra en contra. Porque eso es generar un problema dentro de Cataluña. Una cosa es que Cataluña tenga una cierta tensión con el resto del Estado español y sobre todo con los poderes de Madrid; esto debemos saber administrarlo. [Pero] otra cosa es que nosotros generemos ese problema en el interior de Cataluña. Por eso lo que yo intentaré es que, a corto plazo, en estos próximos cuatro años, en Cataluña se planteen los temas que agrupen a los catalanes, que generen mayorías en los catalanes, por ejemplo el pacto fiscal".

Septiembre de 2010 (entrevista en EL PAÍS): "Si no podemos conseguir cambiar España hacia un Estado plurinacional, tenemos que seguir nuestro camino. Y eso quiere decir el derecho a decidir de los catalanes. ¿Qué condición le ponemos a eso? Una: ese futuro los catalanes lo tienen que decidir por amplia mayoría". ¿Qué porcentaje establecería usted para eso? "El futuro de Cataluña para ir bien, para que sea un futuro claro, tendría que ir a mayorías superiores al 60%".

Diciembre de 2007 (TVE, Tengo una pregunta para usted). "El Estado de las autonomías es insuficiente. En el Estado federal nunca he creído mucho. Yo siempre defenderé el máximo de soberanía para Cataluña. Eso sí, si para modificar una ley electoral exigimos los dos tercios de los votos del Parlament, ¿cómo no vamos a pedir también dos tercios de los votos, el 66%, para un referéndum de este tipo? Yo no quiero vencer, sino convencer".

Esto lo dijo tras lanzar durísimas acusaciones al Gobierno. “El Estado no quiere comprender, quiere destruir”, sostuvo. Incluso se pasó al castellano para criticar la respuesta del Gobierno a medidas como la consulta de 2014. “¿Quién quiere vivir en un Estado que persigue criminalmente a aquellos que promueven las urnas para conocer la opinión de la gente?”, preguntó.

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La otra parte del discurso se basó en presionar a la CUP. Sus diez diputados, que hoy no votarán a Mas, tienen la llave para que el presidente en funciones se mantenga o no en el cargo. El primer mensaje de Mas fue rechazar el veto que le ha impuesto la formación anticapitalista. “Tenemos un reto gigantesco, no sobra nadie”, dijo.

 El timón y las velas

 En la parte final del discurso, Mas volvió a apelar implícitamente a la CUP para que no dificulte el plan soberanista retrasando o impidiendo su investidura en posteriores votaciones. “De la mayoría depende que no haya bloqueo ni pérdida innecesaria de tiempo para iniciar el proceso que nos debe llevar al Estado catalán”, dijo. “Sin investidura no hay Gobierno definitivo y consecuentemente el proceso queda encallado, al menos durante un tiempo”, insistió. “No se entendería de ninguna manera que tuviéramos un Parlamento plenamente operativo como tenemos conviviendo con un Gobierno en funciones”. En un último intento de presionar a la CUP, utilizó una metáfora marinera: “Si no hay suficiente sintonía entre el timón y las velas, puede pasar que la embarcación vuelque”.

Después, ante los periodistas, la CUP se mostró inflexible y avisó de que el proceso continuará “haya quien haya al frente”. Pese a ver “elementos positivos” en la intervención de Mas, el diputado de la CUP Albert Botran denunció la “clamorosa ausencia” de referencias a la corrupción.

Efectivamente, el presidente en funciones no hizo ningún tipo de comentario sobre los casos de corrupción que afectan a su partido y a la familia Pujol y se limitó a esbozar algunas medidas sobre transparencia en la contratación pública. El diputado de Junts pel Sí Pere Aragonès aseguró posteriormente que Mas sí hablará de corrupción durante el debate de hoy con los grupos parlamentarios.

Tampoco gustó a la CUP la falta de autocrítica respecto a los recortes sociales que ha impulsado la Generalitat. Mas solo se refirió a ellos para asegurar que son consecuencia de las decisiones del Gobierno central. “Cataluña podría haber mantenido el Estado de bienestar sin recortes si hubiese dispuesto de un Estado propio”, zanjó.

Mas ofrece medidas sociales que nunca ejecutó

Sin autonomía personal

CAMILO S. BAQUERO

Algunas de las propuestas sociales que ayer defendió Artur Mas en el debate de investidura tienen difícil encaje en el ideario que tradicionalmente defendía Convergència. Incluso, van en contra de las posiciones que el Gobierno que preside, ahora en funciones, defendió a lo largo de dos legislaturas. O, sencillamente, son asuntos que no han ido más allá del anuncio. Todo para contentar a la CUP.

Es el caso de la renta garantizada de ciudadanía, que Junts pel Sí llevaba en su programa electoral, si bien dentro de la misma coalición conviven diferentes posiciones sobre la ayuda. Mas aseguró ayer que transformará la actual renta mínima de inserción —con 27.000 expedientes activos y 173 millones de euros de presupuesto— en una ayuda “con un sistema de incentivos para priorizar la inserción a través del trabajo”. Una reforma pendiente desde hace cuatro años.

En 2011, el primer Gobierno de Mas congeló la ayuda argumentando altos niveles de fraude, pero los expertos y las entidades creen que el parón pretendía recortar gasto. El Parlament también ha de reactivar el debate de una Iniciativa de Legislación Popular para una renta universal que en su día CiU no apoyó por considerar que era muy costosa.

La consejera de Bienestar Social, Neus Munté, anunció en 2013 la creación de una le y de promoción de la autonomía personal, la versión catalana de la ley de dependencia. El borrador no se llegó a estudiar, si bien hace un año, desde Bienestar se aseguró que estaba listo. El candidato de Junts pel Sí a la presidencia prometió ayer, una vez más, “elaborar una propuesta” en este sentido.

El presidente en funciones aprovechó su intervención para criticar que el Estado recurriera el impuesto a los pisos vacíos de los bancos que creó la propia Generalitat. Mas sugirió hacer un gran acuerdo con los grandes propietarios para que los pisos se entreguen “en la medida de lo posible, en alquiler social”. Se trata de la misma estrategia que desarrolla el Gobierno central.

El presidente en funciones sacó pecho de la reducción del fracaso escolar en 10 puntos desde 2008 y [TEX]habló de la necesidad de un sistema educativo que ayude “a reducir desigualdades”[/TEX]. Algo que choca con el impacto de los recortes en las aulas. Un estudio de la Fundación Jaume Bofill demostró cómo la reducción por alumno en la escuela pública fue de 439 euros y de 227 en la concertada.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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