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opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Nuevos horizontes para ICV

Sin cargos públicos imputados, el partido puede ofrecer mayor credibilidad en sus propuestas regenerativas

Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) celebrará, del 19 al 21 de abril, su 10ª asamblea en un contexto político que reclama profundos cambios en las formaciones políticas. Las elecciones autonómicas del 25N, las recientes encuestas del CEO y la actual coyuntura política marcan las bases de una nueva etapa de ICV que permita asentar los cimientos para construir más retos ideológicos y una alternativa política de izquierdas.

</CS>En las pasadas elecciones ICV obtuvo los mejores resultados de su historia superando los 350.000 votos, pero no fue capaz de sumar el medio millón de votos que perdió el PSC en 10 años, ni de frenar la fuga de exvotantes de ICV a ERC o a la CUP. Por su parte, el barómetro de opinión del CEO del mes pasado indica que ICV obtiene una fidelidad de voto alta (78%) y una intención de voto directa muy elevada, que supera a la del PSC en las cuatro provincias catalanas.

Debería profundizar en la crisis de la política y la democracia; las políticas de izquierdas ; y el derecho a decidir y su propuesta polietápica para otro Estado

La encuesta del CEO también ofrece otros datos insólitos que sitúan a ICV como un partido muy transversal y con un amplio terreno social abonado para su crecimiento. Nunca en la historia del CEO había aparecido un porcentaje tan alto de catalanes que ven a ICV como partido con mayor simpatía, que mejor puede resolver los problemas de Cataluña y que perciben como próximo o muy próximo (un 44%, superando a CiU). Por otro lado, Joan Herrera también obtiene cifras récord en conocimiento por parte de los catalanes (80%) y en simpatía transversal (es, junto con Junqueras, el único líder catalán que obtiene un aprobado de cuatro electorados distintos: ICV, ERC, CUP y PSC, e incluso un 4,95 de CiU).

Si ICV plantea en la asamblea ampliar fronteras ideológicas para erigirse como principal referente político de la izquierda catalana (con un PSC que sigue confuso y una ERC que apoya sin muchos escrúpulos progresistas la acción política y económica de CiU), hay tres ejes programáticos que debería profundizar: la crisis de la política y de la democracia; las políticas de izquierdas y de austeridad; y el derecho a decidir y su propuesta polietápica para una nueva forma de Estado.

Los partidos de izquierdas deberían sacudir conciencias a través de un renovado ideario radicalmente imaginativo para modificar la actividad política y el funcionamiento de la democracia. ICV sabe que su electorado es el más crítico con el funcionamiento de nuestra democracia (el 90% está poco o nada satisfecho) y el que ideológicamente es más homogéneo en el eje izquierda-derecha (el 75% se considera de izquierda y un 18% de centroizquierda). Sin duda ICV, que no cuenta con ningún cargo público imputado ni condenado por corrupción (habiendo gobernado casi ocho años en Cataluña y durante décadas en ciudades como Barcelona, Sabadell, El Prat o Sant Feliu), puede ofrecer mayor credibilidad en sus propuestas democráticas regenerativas.

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ICV debería dar un paso más en su defensa de las políticas sociales gravemente afectadas por los recortes presupuestarios y tratar de elaborar un decálogo de políticas justas de austeridad en un contexto más global. Crear un modelo social y económico europeo alternativo es esencial para los votantes de ICV, que son los que más valoran las ideas políticas y las propuestas para salir de la crisis cuando deciden sus preferencias electorales.

Si durante muchos años el PSUC realizó una extraordinaria pedagogía catalanista entre sus bases sociales y militantes, ICV, que posee unos electores socialmente muy heterogéneos, debería insistir en su labor didáctica favorable al derecho a decidir y empezar a contemplar un proyecto nacional que también pueda satisfacer a una mayoría social de izquierdas favorable a un Estado propio para Cataluña. ICV no puede ignorar que el 70% de catalanes independentistas se considera de izquierdas y que dos de cada tres catalanes de izquierdas desea una Cataluña independiente.

En esta 10ª asamblea ICV debe buscar, con generosidad y transigencia, nuevos horizontes ideológicos para construir, junto con otros partidos de izquierdas y movimientos sociales, una vía alternativa para canalizar la transformación social y nacional que de forma insistente reclama la mayoría de la sociedad y de la izquierda en Cataluña.

Jordi Matas Dalmases es catedrático de Ciencia Política de la UB.

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