Gómez Rufo: "No hay lector para tanto libro"
El autor de 'La abadía de los crímenes' preside la Asociación de Escritores
Más que los pastelillos de crema con los que Constanza de Jesús, sagaz monja detective, desgrana las claves de ciertos asesinatos, Antonio Gómez Rufo prefiere las judías pintas que le plantan encima del mantel para hablar de La abadía de los crímenes (editorial Planeta). Novela de misterio con entramado histórico y consecuencias presentes, la última obra de este autor del transgénero, madrileño y presidente de la Asociación de Escritores de España, tiene augurio de best-seller.
La editorial le pidió presencia en cuatro ciudades y lleva recorridas 22 por petición de los lectores. "Hay que ir a todas partes, defender el libro", comenta Gómez Rufo.
El caso es que su última trama está llena de claves ocultas necesarias para que Constanza de Jesús vaya resolviendo el enigma de varios crímenes dentro de un convento de clausura en el que se planta Jaime I el Conquistador con su mustia y descorazonada esposa, doña Leonor de Castilla por un lado y su amante y futura reina, Violante de Hungría, por otro.
El autor de 'La abadía de los crímenes' preside la Asociación de Escritores
"La primera llega con el síndrome de la mujer maltratada. La segunda fue a la mujer que más amó. Le humanizó y a mí me sirvió para demostrarlo, tanto ella, como la monja protagonista".
Gómez Rufo ha trabado una historia de misterio y amor, salpimentada con delicias de monasterio para digerir bien las mutilaciones, las violaciones, los abortos encubiertos y las intrigas. Es algo que da al libro un aire de recetario quizás inconsciente pero real. En él aparece mucho pichón, mucha sopa y mucho dulce como menú para pintar un auténtico fresco de lo que podía ser la sociedad del siglo XIII.
Las texturas tienen su miga y su sabor, como la carne con verduras y el pollo al curry que aterrizan como segundo plato. Y las conversaciones de la monja -de origen navarro- y el rey Jaime, hoy símbolo de Cataluña, se las traen. "Allí, él, que fue rey de la corona aragonesa y llegó hasta Turquía, es don Jaume, nada menos. Creo que antes que el batallador brusco, arisco y violento, formado para ser soldado por la orden del temple, era un buen político y que al lado de la crueldad con la que se le ha retratado muchas veces, convivía un ecologista, muy devoto de unas cuantas vírgenes".
Alrededor de las tres de la tarde, Gómez Rufo casi desayuna más que come. "Escribo todos los días de 11 de la noche a seis de la mañana", confiesa.
Quizás por eso, a ciertas horas casa mejor la ternura con el morbo que despiden las páginas de su nueva novela. Y el permanente interés por la historia, el cine y otros mundos, algo que le ha llevado a escribir títulos como El secreto del rey cautivo, una biografía de referencia sobre Luis García Berlanga, Balada triste de Madrid o El alma de los peces.
La poca mañana que le resta y la tarde entera, la dedica Gómez Rufo a la Asociación de Escritores, que réune a 4.000 miembros. Todo es desorbitado en el mundo del libro. ¿Quién podía pensar que España es un país con tanta pluma activa? "No solo eso, se publican 102.000 títulos al año, entre ellos 19.000 novelas, eso hace en torno a 52 libros al día. Seamos realistas, no hay tanto lector para tanto libro", sentencia el escritor mientras se zampa una reineta al horno que parece cogida del huerto del convento.
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