Una tasa de donantes como la española salvaría 20.000 vidas al año en Europa
Jiménez aclara que el Código Penal perseguirá a quienes obtengan órganos de procedencia ilegal
España presume de sistema de trasplantes ante el mundo. Con la mayor tasa de donaciones (34,4 por millón de habitantes), se ha convertido en un modelo que se quiere exportar. La media europea está en 18,1 personas por millón. "Si fuera como la española, se salvarían 20.000 vidas al año", ha dicho la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, durante la primera sesión de la Conferencia Internacional sobre Donación y Trasplantes de Órganos que se está celebrando en Madrid.
Aunque se trata de unas jornadas mundiales, la Presidencia española de la UE y el liderazgo de España en este ámbito han marcado la agenda. Jiménez ha aprovechado para hacer hincapié en la futura directiva europea sobre calidad y seguridad de los órganos, y en el plan para promover las donaciones. Todo con un objetivo final aplicable a cada nivel (mundial, continental y nacional): "Conseguir la autosuficiencia y combatir el turismo de trasplantes".
Aunque España sea el país con mejores cifras en esta actividad médica, su modelo no es exportable tal cual. El responsable de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, ha indicado que hay aspectos, como el de donante presunto (en teoría, todo español es potencial donante de órganos salvo que haya expresado lo contrario), que grandes países, como Alemania o Reino Unido, no están dispuestos a copiar. También hay gran diferencia entre los trasplantes de donantes de vivo (en los que se toma un órgano -riñón o parte del hígado- de una persona viva para implantárselo a otra). En este caso, España sale mal parada. "En los países nórdicos, estas operaciones representan entre el 35% y el 40% del total de los trasplantes de hígado", ha dicho Matesanz. En España, después de que la tasa se duplicara en un año, es del 10%.
El responsable de la ONT ha asegurado que, después de que se supiera que en España ya había un caso de buen samaritano (una persona que ofrece un riñón para el primero que esté en la lista de espera que sea compatible), la organización ha recibido más ofertas, pero no ha querido dar más detalles porque, en este caso, el anonimato es la clave para mantener la credibilidad del sistema.
Matesanz también ha manifestado que la directiva europea sobre calidad y seguridad de los órganos sería de relativa poca importancia práctica para España. "Somos un país periférico, y salvo con Portugal, prácticamente no intercambiamos órganos con otros países", ha afirmado. Sin embargo, la decisión de unificar los controles de calidad de los órganos y las intervenciones servirá para que aumente la confianza de los ciudadanos en el sistema, que siempre debe ser "solidario", ha insistido Jiménez.
Tráfico ilegal de órganos
En lo que hay más unanimidad es en el rechazo a prácticas que impliquen compraventa de órganos. Jiménez ha recordado que el Código Penal va a perseguir su "tráfico ilícito". Pero enseguida ha matizado que una cosa es castigar a quien pague por recibir un órgano en un país donde esta práctica sea ilegal y otra distinta perseguir a quien, como Óscar Garay, pagó en China para que le operaran, lo que es una práctica común (en el gigante asiático toda la sanidad es de pago).
La ministra ha señalado que desde 2008 la declaración de Estambul prohíbe el comercio ilícito de órganos. Y Matesanz ha indicado al respecto que la mayoría de los países donde se producían estas prácticas (Pakistán, Filipinas, China, Perú, Colombia) han elaborado nuevas leyes -o las preparan- para evitar esta práctica. "Las personas que se benefician de un trasplante deben hacerlo por sus características personales y de enfermedad", no porque tengan más dinero, ha subrayado Jiménez.
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