El monstruo que habita en la cabeza (y pica)
El 15% de los niños en edad escolar tienen piojos. La única solución pasa por retirar pacientemente todas sus liendres y aplicar un tratamiento. Pero su uso inadecuado, sin la supervisión de un médico, hace a los parásitos resistentes a estos productos. Por esta razón, la infestación es ahora más frecuente y difícil de tratar
Los avances científicos han permitido duplicar la esperanza de vida en los países occidentales en solo 100 años, obtener el mapa del código genético humano y hasta dar los primeros pasos para la creación de vida en un laboratorio. Pero la ciencia no ha conseguido eliminar, ni siquiera frenar, la reproducción de un pequeño parásito de solo tres milímetros de longitud que parece alojarse en la cabeza de los seres humanos desde tiempos inmemoriales: el piojo.
Tanto que incluso un estudio sobre su ADN ha ayudado a saber que el ser humano se vistió hace unos 170.000 años y el parásito de la cabeza evolucionó entonces para adaptarse a la ropa, según el investigador David Reed, de la Universidad de Florida.
Estos parásitos se han relacionado erróneamente con la falta de higiene
Los piojos pueden sobrevivir hasta 48 horas lejos del cuerpo humano
Para los padres de niños en edad escolar, la pediculosis (infestación de piojos del cuero cabelludo) es tan común como las notas de cada trimestre. Lo confirma el portavoz de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), José Antonio Puerta: "Los padres estamos acostumbrados a las típicas cartas informativas de los colegios en las que te dicen que un compañero de tu hijo tiene piojos y es necesario revisar las cabezas de los tuyos. En los últimos años incluyen folletos y páginas webs para ampliar conocimientos. No es preocupante, pero sí persistente, y sobre todo una faena para los que tenemos que mirar pelo por pelo cada día".
El vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, Carlos Valdivia, asegura que la pediculosis es más común entre los tres y 12 años y durante los periodos escolares debido a que existe más contacto entre los niños.
Se calcula que el 15% de los menores en edad escolar la sufre, pero no es algo exclusivo de los menores. Los padres se contagian muy a menudo, un 27% de los progenitores con hijos con piojos sufre la infestación, según un estudio de los laboratorios OTC, pero entre los mayores el contagio es menor porque no existe tanto contacto directo. Una cabeza suele tener entre ocho y 10 piojos, y cada hembra puede poner hasta 120 huevos en su ciclo de vida. Valdivia asegura que los pediatras han comprobado que hay niños más propensos a la pediculosis, pero todavía no se conoce la causa. Lo que sí parece claro es que nada tiene que ver con el color del pelo o su higiene. A lo largo de los años, las falsas creencias se han extendido tan rápidamente como se mueven los propios parásitos. Su relación errónea con la falta de higiene lo ha convertido en un tema tabú para muchos y es, según el dermatólogo Miguel Aizpún, una forma muy común de estigmatización: "Muchos padres se lamentan cuando se dan cuenta de que su hijo tiene piojos y se preguntan cómo ha podido pasar en zonas de alto nivel económico, pero no tiene nada que ver con la condición socioeconómica o la suciedad y tampoco hay ninguna evidencia de lo contrario, de que se sientan atraídos por el pelo limpio".
Aizpún asegura que el diagnóstico es lo más importante: "No se debe utilizar el tratamiento como método preventivo porque es muy agresivo", y añade: "Los piojos de la cabeza no transmiten enfermedades sistémicas, lo único que causan es irritación". Los insecticidas son de venta libre en España y por eso los padres no acuden al médico. "El uso inadecuado de los antipiojos es la principal causa de las resistencias", señala Valdivia.
Según un estudio de B. Herranz y E. Abad Irazusta publicado en Revista Pediatría de Atención Primaria, la infestación por piojos de la cabeza es más frecuente y difícil de tratar que años atrás por el incremento de resistencias a los productos clásicos y a la falta de estudios clínicos sobre la aplicación y los resultados de los tratamientos comercializados en España.
Lendrera imprescindible
El presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología, José Carlos Moreno, lo confirma en un artículo sobre los piojos: "La resistencia a las permetrinas, con muchos años de comercialización en Estados Unidos, es mayor que al malatión, un producto más reciente. Esto demuestra que la disminución en la eficacia del tratamiento se debe a su uso indiscriminado".
Tras un diagnóstico correcto, Valdivia y Aizpún aconsejan los tratamientos con permetrina al 1%, una sustancia química sintética que se usa como insecticida y acaricida. La eficacia de los geles específicos para la eliminación de los piojos es muy alta cuando se cumplen fielmente los consejos de cada fabricante, entre los que suele estar su aplicación en el cabello seco, el respeto del tiempo de exposición del producto y el acompañamiento de un peine especial de púas, conocido como lendrera. Para los hastiados padres que deben revisar las cabezas de sus hijos para encontrar los diminutos huevos, es en este punto cuando se abandonan a la desesperación y los piojos vuelven.
Los expertos aconsejan tener paciencia y no olvidar desinfectar los gorros, bufandas, las sábanas e incluso los peines. Los piojos necesitan un ser humano del que alimentarse dos veces al día, pero pueden vivir 48 horas fuera de él. Los piojos no vuelan ni nadan, pero sí andan muy rápido y pasan fácilmente de una cabeza a otra directamente o a través de cosas materiales.
Los colegios suelen recomendar a los padres que no lleven a sus hijos cuando estén infestados, pero se puede convertir en un problema grave si los tratamientos fallan y la pediculosis persiste varios meses. B. Herraz y Jaime Cuervo aseguran en un artículo publicado en Revista Pediatría de Atención Primaria que no es necesario excluir del colegio a un niño que está siguiendo un tratamiento: "Basta con tener cuidado e informar a los compañeros de aula. No hay que olvidar que los piojos no vuelan y solo se contagian pelo a pelo".
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