La incertidumbre se instala en El Hierro
Se retrasa sine die la vuelta de los vecinos de La Restinga desalojados a pesar de que las autoridades aseguran que la calidad del aire es "buena"
Lo más seguro es que quién sabe. Esta frase puede ser el mejor resumen de lo que está sucediendo en la isla de El Hierro. Se suponía que ayer martes los habitantes de La Restinga, desalojados desde el día 11, podrían al fin volver a sus casas. Pero aunque el volcán tuvo su jornada más plácida desde que hace diez días se detectó la erupción y pese a que las autoridades aseguraron que la calidad del aire en la localidad era "buena", la medida se ha retrasado sine die. Solo se aumentará el tiempo que se concede a los vecinos para acceder durante el día al pueblo.
Juan Manuel Santana, director general de Seguridad de Canarias, afirmó que la primera medida del aire tomada en el pueblo era buena y no mostraba toxicidad. Pero que el viento, que soplaba del mar a la tierra había acercado las manchas hasta el mismo puerto. Así que un día por un cosa y el otro por la otra, los vecinos llevan ya más de una semana sin recuperar su vida normal.
Juan Miguel, pescador, pudo el lunes recuperar su barco pero no se le sirve de nada, porque tiene todo el material en el puerto y se queja de lo mismo que la mayoría de sus convecinos: "No es el volcán, es la incertidumbre". Loli no piensa volver a dormir al pueblo aunque la dejen, lo hace por su hijo, de 11 años, que durante la crisis sísmica estuvo 15 días durmiendo en el suelo porque no soportaba el temblor de la cama. Como otros vecinos, se queja de que tras bajar al pueblo en las visitas puntuales autorizadas, ha sentido sequedad en los labios, picor en la garganta y dolor de cabeza.
Los científicos tampoco aportaron certezas. María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional, organismo que gestiona la erupción desde el punto de vista científico fue más prudente que nunca. "La situación es más tranquila, el tremor ha decrecido y la sismicidad ha disminuido", afirmó. Pero no descartó un giro en los acontecimientos. Que el fenómeno se reactive, pero también incluso que la boca se esté cerrando. "Los volcanes no tienen un comportamiento constante", apuntó y ha prefirió no hacer pronósticos con el argumento de que "hay distintas teorías y no tienen mayor veracidad unas que otras".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.