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El humo de los bares multiplica por 9 lo aconsejado por la OMS

Un estudio anterior al veto al cigarro confirma altas concentraciones de partículas vinculadas a enfermedades respiratorias y cardiovasculares

Naiara Galarraga Gortázar

Resulta que las partículas PM2,5 producidas por los motores diésel, que un reciente estudio vincula con el aumento de infartos e ictus en Madrid, son asiduas también a los bares, sobre todo a los de fumadores.

Dentro de un bar donde la clientela fuma -supongamos por un instante que la nueva ley antitabaco no hubiera entrado en vigor hace cuatro días-, la polución es nueve veces mayor que lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ocho veces mayor que en un bar libre de humo y cuadriplica la contaminación al otro lado de la puerta, en la calle. Es una de las conclusiones de un estudio que midió la contaminación por humo ambiental del tabaco en 111 establecimientos hosteleros (restaurantes, bares, cafeterías y pubs) de Zaragoza entre 2006 y 2008. Es decir, una vez implantada la anterior ley antitabaco pero antes del endurecimiento que entró en vigor el pasado día 2.

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"Con el tabaquismo pasivo está pasando lo que ocurrió con el tabaquismo activo hace años. A la gente le cuesta creer que es perjudicial para la salud. Ahora lo podemos medir de modo objetivo", aseguró ayer Isabel Nerín, médico, directora de la Unidad de Tabaquismo de la Universidad de Zaragoza y coautora de este estudio aceptado ya, pero aún sin publicar, por Archivo de Bronconeumología.

El informe analiza la situación anterior a la recién estrenada reforma, que veta el tabaco en toda la hostelería. Una de sus conclusiones es que "las separaciones funcionales [zonas con y sin tabaco en el mismo local pero sin separación física ni ventilación independiente] no protegen frente al humo del tabaco ambiental, solo los lugares totalmente libres de humo son eficaces para disminuir este riesgo".

La investigación consistió en medir la concentración de partículas en suspensión respirables (asociadas a "un amplio rango de enfermedades respiratorias y cardiovasculares", dice el estudio, y denominadas PM2,5 por su diámetro en micras). Nerín explicó que, en los locales cerrados donde se fuma y no existen otras fuentes de combustión (una parrilla o una cocina, por ejemplo) se considera que esas partículas se generan al fumar. "Por eso descartamos los locales que tenían cocinas abiertas" a la clientela, añadió.

La concentración media de estas partículas en los establecimientos analizados donde el tabaco está vetado es de 29 microgramos por metro cúbico; en la calle es de 47 y en los bares cuyos parroquianos fuman se dispara hasta 229. Para que se haga una idea de lo que esas cifras suponen, la OMS recomienda no exponerse a una concentración superior a 25 unidades. Y la Agencia de Protección Ambiental estadounidense considera que el aire es limpio con 15 unidades y que más de 251 es peligroso para la salud, dice el estudio zaragozano.

El análisis también midió la calidad del aire en la zona de fumadores y la de no fumadores cuando existe una puerta entre ambas y cuando no. Y la conclusión, dijo Nerín, es que "la separación funcional [sin una división física y ventilación independiente a un lado y otro] no tiene ningún sentido porque el humo pasa de un lado a otro". Según sus conclusiones, el aire está casi igual de contaminado está en la zona de fumadores de un bar con cristal de separación (98 microgramos por metro cúbico) que en la zona de no fumadores de un bar donde no hay separación física (100). ¿Y eso cómo puede ser? "Los espacios separados hacen que se fume menos y son menos frecuentados", explica la investigadora.

Las mediciones, que duraron 30 minutos en cada uno de los locales y cinco minutos en la calle, también indican que no todos los tipos de locales donde se fuma están igual de contaminados. Los restaurantes de fumadores están menos contaminados por el humo del tabaco (175 microgramos por metro cúbico) que los bares y cafeterías abiertos al pitillo (301 unidades) y muchísimo menos que los pubs u otros garitos nocturnos (481, diez veces más que en la calle). La polución ambiental en bares con humo es 27 veces mayor que en los bares sin humo; y en los restaurantes de fumadores es 13 veces más que en aquellos en los que el tabaco está vetado. Imposible comparar la contaminación ambiental entre locales de ocio nocturno con y sin humo porque los investigadores no lograron encontrar en la capital aragonesa ni uno donde estuviera prohibido fumar.

Tampoco fue fácil, contó la coautora del estudio, encontrar bares que vetaran el cigarro. "Tuvimos que recurrir a bares dentro de edificios de la Administración", dijo, bares como el de la delegación de Hacienda o los de hospitales.

Aclaraciones de Sanidad

- Los andenes de tren, metro o autobús. Se puede fumar si están al aire libre y no hay prohibición específica para ese lugar. Eso incluye las marquesinas de los autobuses.

- ¿Qué se considera al aire libre? Muchos andenes están techados, pero abiertos en alguna de sus paredes. Al igual que con las terrazas de los bares, se considera que está al aire libre aquel espacio rodeado por un máximo de dos paredes.

- ¿Hasta dónde llega el hospital? No se puede fumar en ningún espacio de los hospitales, cerrado o al aire libre. Sanidad considera que la prohibición alcanza a cualquier espacio que sea propiedad del centro.

- Playas y chiringuitos. No existe prohibición de fumar en las playas. En cuanto a los chiringuitos, está permitido en aquellos que estén al aire libre.

- Parques. Se prohíbe en las áreas acotadas como zona infantil o las áreas de juego con columpios.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).
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