El fiscal mantiene las acusaciones para los imputados por el crimen de Marta del Castillo
La acusación apela a la "conciencia" de los procesados para que revelen dónde está el cuerpo.- El abogado de la familia asegura que no hay duda de que hubo asesinato y agresión sexual.- La defensa de Carcaño insiste en que solo hubo homicidio
El tribunal que enjuicia el caso de la joven sevillana Marta del Castillo, asesinada en 2009, ha rechazado la práctica de las pruebas solicitadas por la defensa Francisco Javier Delgado, hermano Miguel Carcaño, el principal acusado en el crimen. Las pruebas fueron pedidas por la declaración como testigo del taxista Francisco José A.B., quien aseguró haber trasladado a Delgado en la noche de los hechos de Luis Montoto a León XIII. El fiscal mantiene la acusación de todos los implicados por su participación en un supuesto asesinato y violación de la joven. También ha apelado a la "conciencia" de los procesados para que digan dónde está el cadáver. Las defensas piden la absolución y solo la de Carcaño admite un homicidio.
La Fiscalía reclama 52 años de cárcel para el asesino confeso de Marta del Castillo y penas de entre ocho y cinco años para sus tres presuntos cómplices: su hermano; la novia de éste, María García; y su antiguo amigo Samuel Benítez.
El fiscal ha apelado "al lado más íntimo de la conciencia" de los cuatro acusados: "No puedo concebir que no tengan hombría y bien" para desvelar dónde se encuentra el cuerpo de Marta, ha dicho el fiscal, quien ha alabado al juez instructor y la labor policial.
No obstante, el fiscal cree que el caso está claro y que "el hecho de esconder de manera hábil el cadáver no debe convertir en impune el crimen cometido".
La acusación considera probado que Carcaño reconoció su participación en el crimen en sus tres primeras declaraciones policiales. Ha afirmado que la que se ajusta más al núcleo esencial de los hechos es la del 17 de marzo al ser "espontánea y con la conciencia intranquila" tras exculpar a su hermano.
También ha destacado que la declaración de Carcaño que implica al acusado Samuel Benítez es espontánea. "Cierto es que Samuel se desdice de sus manifestaciones policiales en sede judicial (...) Pero da opiniones nada convincentes sobre su cambio de versión". "A las 21.15 se supone que la novia de Samuel le dejó en una hamburguesería. Los amigos dicen que apareció a las 22.20 ¿Está volatilizado, desaparecido? Tenía un coche en su poder", ha recordado el fiscal. Esta hora coincide con una llamada de El Cuco y con la comisión del crimen por parte de Carcaño. Samuel pudo colaborar, ha añadido.
En cuanto a las declaraciones de Javier García, alias El Cuco, el ya condenado por encubrimiento, dice el fiscal que inculpan a Delgado y lo sitúan dirigiendo las operaciones de ocultación del cuerpo de Marta. El Cuco exculpó más tarde a Delgado, pero el fiscal no da crédito a esa declaración. "Las explicaciones del menor sobre su cambio de versión no son creíbles", indica el fiscal. El menor alegó que la policía le amenazó con dañar a sus padres.
Tras insistir en que Delgado no tiene coartada creíble para la franja horaria en la que sitúan los hechos, la fiscalía tampoco da crédito a la versión de la novia de éste, quien afirmó que estuvo en el piso y que no vio nada.
"Todo se viene abajo como un castillo de naipes gracias a la declaración del vecino Diego Carrere", ha asegurado el fiscal, quien cree que que el apagón de los móviles de los acusados entre las 21.00 y la medianoche localizan el crimen y sus supuestos autores.
Los hechos constiuirían un delito de asesinato porque describe un ataque rápido y sorpresivo con alevosía. Además, existe un delito de agresión sexual y de encubrimiento, otro de amenazas contra Delgado y otro contra la integridad moral de la familia. "El padecimiento psíquico de la familia es patente y destaca un trato degradante sufrido por esta ante los cambios de versión", ha concluido la acusación. El fiscal no ve ningún atenuante.
El abogado de la familia, José María Calero, presenta sus conclusiones. Para ello, divide el caso en la muerte de Marta (20.30-21.30), actuaciones para hacer desaparecer el cadáver (21.30-4.00) y lo que ocurrió fuera del domicilio. "Las manifestaciones de Carcaño son la principal fuente de conocimiento del crimen (...) Nadie miente en su contra, esto va en contra del instinto de supervivencia", razona el letrado. Calero también sostiene que la versión del día 17 de marzo es la correcta. "No cabe duda de que se trata de un asesinato y una agresión sexual", dice.
"Espero que den una explicación razonable. Pero por Dios, explicad de una vez qué hicisteis con el cadáver para que los padres descansen", ha afirmado el letrado antes de pedir para los acusados que sean condenados por el delito de profanación de cadáveres.
Defensa de Carcaño
La defensa de Carcaño ha solicitado una condena por homicidio imprudente y una absolución para el resto de imputados. "Hay dos verdades: Marta salió de casa y no ha vuelto. Y el autor es Miguel Carcaño. Estas dos frases se apoyan en hechos objetivos".
La letrada del asesino confeso afirma que Miguel "se frustró y golpeó sin querer". "No pensaba que podía producir la muerte de Marta", añade. Admite que, evidentemente, el traslado del cuerpo lo hizo con más personas, pero que nadie, en referencia a los otros imputados, va a asumir algo que no ha hecho. "En un relato coherente de los hechos, Miguel mata a Marta de un golpe, coge el tensiómetro y con otras personas hace desaparecer el cuerpo", resume.
"Como defensa de Carcaño, me es indiferente que sean condenados el resto de imputados. Mi agradecimiento a la sala y esperamos en que dé respuesta a nuestras peticiones", concluye la letrada.
Tras estas conclusiones, el juicio está listo para quedar mañana visto para sentencia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.